miércoles, 7 de septiembre de 2011

ROMEO Y JULIETA


¿Quién es aquella dama que enriquece la mano de aquél galán?
W.S.



Me lo temía, este verano mi nieta mayor se ha enamorado. Desconozco aún si se trata de un simple amor de verano o de algo más serio. Pero que Elena y Javier están colados no hay quien lo dude. Basta con ver las fotografías y observar esas miradas, esas caritas arrobadas reservadas únicamente a los enamorados.



En no pocas ocasiones les he sorprendido cogiditos de la mano e incluso besándose. Espero y deseo que no hayan pasado a mayores. Yo les digo que no tengan prisa, que son muy jóvenes y que  tienen todo el tiempo por delante. Me miran y se ríen.


Les he colocado ante el televisor a que vieran al Papa en Madrid y escucharan su mensaje de castidad. Ni por esas, ellos siguen dándose el pico como dos pajaricos.   

Esto es amor, quien lo probó lo sabe.


                                                                       (A Conchita y Santiago)

                                                           Fotografías: Carlos Barrenechea




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jueves, 1 de septiembre de 2011

CUALQUIER OTRO DÍA

La principal diferencia entre los hombres y los dioses es que los
dioses no creen que pueden convertirse en hombres.

DENNIS LEHANE



En este entretenimiento de leer libros el que más y el que menos tiene sus manías y sus hábitos.
Conozco gente que solo lee en verano. Se pasan el día leyendo como posesos, libro tras libro, andan todo el día ensimismados pasando páginas y en cuanto asoma el otoño se despiden de ellos hasta la temporada próxima. A más ver.

Entre mis estrategias lectoras, el verano también adquiere su protagonismo: me gusta  abordar los tochos cuando estoy en la playa. Así, Guerra y Paz, La Montaña Mágica, Vida y Destino, Moby Dick… los he engullido entre baño y baño. 

Y ya he llegado a donde quería llegar: este verano uno de mis hijos me obsequió con un tochito –Para mi padre, a quien debo el disfrute de libros como éste. De tu hijo que te quiere, Manrique- de 728 páginas. Su título es el que he robado para esta entrada, Cualquier otro día. Su autor, Dennis Lehane, es autor, entre otras, de Mystic River, aquella historia que llevó al cine Clint Eastwood.



Les ahorraré una crítica al uso. No está entre mis virtudes desgranar un libro y pontificar sobre su calidad. Ni siquiera les diré que retrata impecablemente la América de principios de siglo XX, con sus problemas raciales, el fin de la hegemonía irlandesa, el terrorismo anarquista y el auge del movimiento sindical.


Lo que sí me atrevo a decirles es que se trata de uno de esos libros que caen en tus manos cada diez años. Lo lees a horas y a deshoras, te levantas de madrugada para seguir leyéndolo y se lo recomiendas a todo bicho viviente. Una joya.

Los diálogos parecen sacados de una película de cine negro y raro ha sido el capítulo en  donde no he encontrado una perla para mi florilegio: 

El verdadero precio de tener una familia es no poder evitar el dolor de los seres queridos.







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viernes, 27 de mayo de 2011

lunes, 23 de mayo de 2011

CALVOS


Nunca he compartido esas opiniones tan rotundas sobre la relación entre los rasgos de personalidad de un individuo y su fisonomía, su nacionalidad o el color de su piel. 

Los gordos no tienen por qué ser más risueños y optimistas que los cenceños, ni los españoles  somos necesariamente más envidiosos que los franceses. La tacañería achacada a los catalanes siempre me ha parecido una forma encubierta de envidia por ser los más europeos de todos nosotros. 
Pero les voy a contar lo que le escuché decir a un calvo, a un ilustre calvo,  sobre los calvos y que ha tirado por tierra mi incredulidad en estos asuntos.
 
El colofón de mi carrera baloncestística fue entrenar al Júver - recuerden, aquel equipo donde descubrí el vértigo del baloncesto profesional-. Fui su primer entrenador y después de mí vinieron por aquí otros muchos técnicos de más categoría: Felipe Coello, Moncho Monsalve... uno de ellos fue Ari Vidal, el famoso entrenador de la selección brasileña de baloncesto.
 
Ari Vidal, que es calvo como una bola de billar, estaba en los vestuarios del Club de Tenis aguantando las bromas de los amigos acerca de su despoblada cabellera. Sin apenas inmutarse, hizo este comentario en voz alta: Reíros, reíros de los calvos, pero decidme si alguna vez habéis visto a un calvo pidiendo.


Hasta ese momento, de los calvos había oído que eran más viriles que los melenudos por aquello de que el exceso de testosterona provocaba la caída del pelo, pero eso de que nunca tendría que darle unas monedas a ninguno de ellos, eso, he de reconocer que ni lo imaginaba.

Desde entonces no hay indigente que me tropiece al que no le mire  la cabeza. Juro por mi nietos que jamás, jamás, he visto a un calvo pidiendo.








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martes, 17 de mayo de 2011

BALONCESTO

A mis hermanos Pepe, Eduardo, Juan y Miguel


Hace ya muchos años que no veo un partido de baloncesto. Ya no conozco ni siquiera las reglas. Desconozco también si aún existe el mítico Juventud de Badalona y no soy capaz de nombrar ni a un par de jugadores de la Selección Española.

Sin embargo he de decirles que si alguna vez se escribiera mi biografía –Dios no lo quiera- el baloncesto ocuparía no pocos capítulos de ese libro.

Con apenas doce años ya jugaba en el equipo del instituto. Era la única actividad que me proporcionaba prestigio ante mis compañeros de pupitre -recuerden aquello de enchufao, enchufao- . Con el balón en las manos me sentía muy superior a todos ellos.


Con mi número 5 en la camiseta ya no dejé de jugar hasta bien entrado en la treintena. Real Murcia, Jairis, Licor 43… toda mi juventud jugando por media España, aprendiendo a ganar y a perder. Y aprendiendo a ganarme el respeto de mis rivales y compartiendo gratísimos momentos con mis hermanos y con amigos: Pepe Fuentes -casi otro hermano-; Cecilio; Mariano Baquero; Gregorio Serna; Pedro Ruiz; Vicente Serna; Paco Espinosa; Fausto; Cervantes; Randy ...




Una vez retirado como jugador, continué ligado al baloncesto como entrenador. Marché a Barcelona con mis profesores Díaz Miguel, Aíto G. Reneses y Moncho Monsalve. Obtuve el título de Entrenador Nacional. Entrené, entre otros,  al Real Murcia, al Basket Murcia y finalmente al Júver, equipo donde supe lo que era el vértigo del basket profesional y lo poco preparado que estaba para salir airoso.


 Era el deporte que practicábamos casi todos los hermanos. Recuerdo un torneo en las fiestas de Águilas donde el equipo de Murcia lo formábamos cinco hermanos: José Cos, Eduardo Cos, Manrique Cos, Juan Cos y Miguel Cos.  ¿Se imaginan? Cinco hermanos en una cancha jugando en el mismo equipo, y encima ganamos el torneo. No digo que sea un asunto para el Guinness pero poco le faltará.


En casa, cuando nuestros padres se ausentaban, transformábamos en apenas unos segundos la habitación donde estudiábamos –una auténtica aula- en una cancha de baloncesto. Nunca, nunca, lo he pasado mejor que jugando esos partidos caseros con mis hermanos. Bueno, con mis hermanos es que lo he pasado muy bien siempre, haciendo deporte,  leyendo tebeos o saliendo de madrugada con nuestro padre a lo alto de un monte, daba igual lo que hiciésemos.     

Al baloncesto le debo gran parte de mi felicidad en mis años mozos y que mi autoestima se codeara con las nubes. Le debo un estilo de vida que aún conservo y  es también el responsable de que mis hermanos sean, además, mis mejores amigos. 

El haberlo arrinconado ahora no es más que otro síntoma de que mi cuerpo se va poniendo en ridículo, vamos, que me hago viejo.







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lunes, 9 de mayo de 2011

AHORRANDO TE ARRUINAS

"Yo para dar, he sido siempre un ignorante".
POLO DE MEDINA


“Manrique, no seas nunca tacaño. Todos los vicios van desapareciendo con la edad menos ese, que va en aumento”. Este consejo me lo dio hace unos días mi primer maestro, don Salvador,  ya casi centenario, mientras me contaba unos problemas que tenía con su comunidad de vecinos. Seguía siendo mi maestro y me estaba dando un último consejo.
Como don Salvador, yo también he tratado de que mis alumnos le dieran al dinero su justo valor. Ya os he comentado que en las paredes de mi clase colgaban enmarcadas unas "frases de oro" que utilizaba para mejor educar a mis alumnos y allí se podía leer: El dinero no puede dar una alegría, / solo brinda satisfacciones (Luis Rosales). O este medio verso del primer soneto de Shakespeare, Ahorrando te arruinas.
                                                                                


La guasa siempre está presente en nuestras juergas geriátricas, y cuando alguno de nosotros paga una cuenta en el bar lo celebramos gritando como en La Bohème: ¡Viva el que gasta! ¡Viva el que gasta! También aquello del Ulises: Paga y pon buena cara. Pero ninguna frase puede compararse en gracia y talento a la que utiliza un parroquiano de un modesto y familiar bar en La Alberca cuando alguien lo libera de pagar: ¡Ileso, salgo ileso!




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lunes, 2 de mayo de 2011

NIETOS

Abuelo, te quiero hasta el infinito y más allá
MANRIQUICO 


He de reconocer que  la vida me está tratando con mucha delicadeza. Con frecuencia me ha regalado algún que otro tesoro que he atrapado y  guardado celosamente en mi memoria. Procuraré ponerme lo menos cursi posible y procuraré, también, no creerme el hombre más feliz de la tierra, como hiciera aquel desdichado rey de Lidia.




El último detalle con que me ha obsequiado ha sido regalarme dos nietecicas gemelas, Manuela y Gloria. Dos bombonazos tan guapas y saladas como su madre, que es una andaluza de bandera. Verlas paseando en su cochecito doble es una gozada y les aseguro que no es pasión de abuelo.




En un solo año he pasado de ser abuelo de un único nieto a reunir un racimo de cinco nietecicos:  Manrique, Elena, Pilar, Manuela y Gloria. ¡Cuatro nietas en un año!  Permítanme  que tenga cierto vértigo y ganas de contarlo aunque roce la cursilería.





 Unos versos de Omar Khayyám nos advierten de que  En nada somos semejantes a las plantas que retoñan luego de podadas. Cuando él lo dice será verdad, pero con la llegada de mis nietos tengo precisamente esa sensación, la de andar por ahí con unas  hojas verdes brotándome de las orejas, de la nariz y de las yemas de los dedos. Parezco doña Hortaliza con alma,  aquella dama de las Academias del Jardín que siempre vestía de verde.





Mis nietos me hacen reverdecer como lo hace mi olma cada primavera y me hacen sentir la savia circulando por todo mi cuerpo. Hacen conmigo lo que la primavera hace con los cerezos. Ese poder tienen.



De vez en cuando la vida nos besa en la boca, esa caricia siento cada vez que los tengo cerca, que la vida, la dulcísima vida de la que habla Homero, me besa amorosamente.






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lunes, 25 de abril de 2011

AUREA DICTA

Frases de oro, así llamaban los clásicos latinos a sus dichos y proverbios de categoría. Yo, que por desgracia no soy un clásico latino, colecciono mis particulares frases de oro, mi guirnalda de flores. Son frases que entresaco de mis lecturas -no de manuales de citas- y que tal vez por eso a otro lector le puedan parecer, acaso, de hojalata.



Hay lectores para los que trazar una línea en un libro es mancillar su honor y otros a los que nos gusta leer con un cabo de lápiz entre los dedos y subrayar todo aquello que nos llama la atención. Después, casi todo lo rayado, irá a parar a un florilegio donde reposará en muy buena compañía a la espera de ser rescatado con cualquier excusa.



Ya he comentado en alguna ocasión que las paredes de mi aula estaban decoradas con estas frases enmarcadas. Frases que yo utilizaba en la tarea de hacer mejores personas a mis alumnos, educándolos en la tolerancia, el respeto, el interés por la lectura y en todas esas cuestiones esenciales en la formación de cualquier mozo.

Así, en esas paredes podías leer sentencias y versos de Cicerón, Machado, Isack Dinesen, Camus, Quevedo, Whitman, John Donne o de Rabelais: A Dios le gustan las bromas; La autoridad de aquellos que se dedican a enseñar es a menudo un obstáculo para los que desean aprender;  La violencia es la forma más perezosa de resolver un conflicto; A veces uno se cree incompleto y es solamente joven;  Hacer sufrir es la peor forma de equivocarse; El dinero no puede dar una alegría, solo brinda satisfacciones...

Estas frases doradas formaban nuestra geografía, nuestro paisaje dentro del aula, y he de confesar que las mayores satisfacciones que me han regalado mis alumnos han estado íntimamente ligadas a ellas.

Hace un rato, con mi cada vez más diminuto cabo de lápiz,  he subrayado una frase escrita por Kafka en su cuento La condena : Mil amigos no sustituyen a mi padre.



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domingo, 17 de abril de 2011

23 DE ABRIL, DÍA DEL LIBRO



                      "Todo el mundo me dice que tengo que hacer
                         ejercicio. Que es bueno para mi salud. Pero 
                         nunca he escuchado a nadie que le diga a un 
                         deportista: tienes que leer"
                   .                                                        J.Saramago



CONFIDENCIA, LIGERAMENTE MANIPULADA, DE  J.L.BORGES

Quiero hacerles una confidencia a cada uno de ustedes; no a todos, pero sí a cada uno, porque todos es una abstracción y cada uno es verdadero.

Yo sigo jugando a no ser ciego, yo sigo comprando libros; yo sigo llenando mi casa de libros. Siento su presencia en mi casa, la siento como una suerte de felicidad. Ahí están miles de volúmenes con letras que no puedo leer, con los mapas y grabados que no puedo ver; y sin embargo, los libros están ahí. Siento como una gravitación amistosa del libro.

Pienso que el libro es una de las posibilidades de felicidad que tenemos los hombres.

Eso es lo que quería decirles hoy. J.L.B. 1978

23 de abril, día del libro.






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lunes, 11 de abril de 2011

¿QUIÉN ES EL REY?

... es más que un rey, pues más que un rey es ser
    un hombre enamorado.
      F. BRINES

                                                                A Daniel Martínez Chicheri

 

¿Que quién es el rey? la pregunta es fácil de responder. Sin lugar a dudas el rey es ese plebeyo, ese villano con cara de bobo que está sentado junto a dos de sus nietos y con una copa de vermut de Reus en la mano.

No era su intención ser descortés con el señor de la corbata de color naranja. Sabía que por esas fechas se colaba en las reuniones familiares para desearles lo mejor para el próximo año, pero le pilló con una de sus nietas en el regazo y su celoso nieto reclamando su atención. No había color. Nada tiene que ver con su desplante que el plebeyo del vermut hubiera nacido en San Antolín (Los del Barrio, liberales, / los de San Antón, facciosos, / y los de San Antolín, / republicanos hermosos) y mucho menos que se casara precisamente un 14 de abril. Le daban la espalda, sencilla y llanamente, porque no se dieron cuenta de su presencia. Nada más.

14 de abril, día de la República.










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martes, 5 de abril de 2011

RATICA


Bing Crosby eligió su hierro cinco, se situó frente a su pequeña bola blanca y se despidió de este mundo dando un magnífico golpe en el hoyo 18 del Club de Golf de La Moraleja. Hay que reconocer que no es una mala forma de marcharse con la mayoría.



Lo trasladaron al Hospital de la Cruz Roja de Madrid que vio alterada su rutina con la aparición de cámaras, fotógrafos y periodistas.
Sus abogados americanos se pusieron en contacto con el gerente del hospital para que agilizara los trámites y repatriar el cadáver lo antes posible. Surgió entonces un contratiempo, un pequeño problema: el médico de guardia se negaba a firmar el certificado de defunción. Le hicieron ver que con su actitud retrasaba la recuperación de la tranquilidad del hospital. No hubo manera de convencerle. Le preguntaban el motivo de su negativa y el doctor no soltaba prenda.




Ya en su casa el médico de guardia se sirvió una ginebra y arrellanado en su sillón comenzó a recordar un suceso ocurrido en su infancia.

Su padre era el médico de un próspero pueblo vinícola. Un médico tan respetado por sus vecinos que incluso una céntrica calle del pueblo quedó bautizada con su nombre.
Allí vivía también una familia conocida como "los ratas" que tenían una niña pequeña postrada en cama.  Una vez al mes acudían a la farmacia y retiraban una pócima que preparaba el boticario para aliviar los dolores de la enferma.

Uno de esos días se acercaron a la farmacia y pidieron como siempre "la medicina de la ratica". El boticario estaba ausente en ese momento y le atendió un recién contratado mancebo que al oír lo de la ratica le despachó un raticida.

Al poco tiempo la niña murió. El médico del pueblo presionado por el boticario y por la propia familia de los ratas -a los que la autopsia les parecía una profanación-, firmó el certificado de defunción explicando aquella muerte como una consecuencia lógica de la enfermedad que padecía y silenciando el asunto del raticida.

Un prestigioso abogado presionó a los padres para que denunciaran los hechos y obtener así una cuantiosa indemnización. Ya sabemos que el dinero es muy amable y los ratas sucumbieron a su encanto. Se desenterró a la niña, se le practicó la autopsia y se supo la verdad. Las consecuencias para el médico del pueblo son fáciles de imaginar.

El médico de guardia del Hospital de la Cruz Roja de Madrid entre trago y trago de Martin Miller's  pensaba en su padre, en la ratica, en Bing Crosby... y en sus abogados americanos.










domingo, 27 de marzo de 2011

"ENCHUFAOS"

A mi hermano Antonio.


Hace cincuenta años, estudiar en el mismo instituto donde tu padre ejercía de catedrático era sencillamente una bicoca, una mamandurria. Por aquellas fechas los catedráticos de instituto escaseaban -en Murcia había tan solo media docena- y formaban una casta dominante que gozaba de no pocos privilegios dentro de los institutos. Ser hijos de Don Rafael Verdú, de Don José Cos, de Don Luis González Palencia o de Don Juan Belda te permitía pasear por el Alfonso X como por tu casa.




Mi hermano Antonio y yo hicimos juntos el bachillerato. Nuestro padre, don José Cos, era catedrático de Física y secretario del instituto. El final de la película  ya lo conocíamos en el mismo instante en que empezaba el curso: sacaríamos Sobresaliente en todas las asignaturas impartidas por los becarios -Una clase insegura y en perpetua expectativa- y el Notable sería  la nota más raquítica que obtendríamos por parte de algún que otro mandarín. Nuestro esfuerzo apenas sería tenido en cuenta, daría igual si estudiábamos como si no. El éxito estaba asegurado.



Así aprendimos a oír sin escuchar. A vivir en nuestro mundo mientras un paciente profesor nos explicaba la diferencia entre la sinalefa y la elisión. Ellos, los desasnadores, recitando su lección magistral desde la tarima -por cierto, qué error, qué gran error suprimirlas- y nosotros ocupados tan solo en aprender a ser felices.

Toda esta felicidad se veía interrumpida cuando llegaba el mes de junio y nos entregaban las notas. Era el día más triste del año. Tratábamos de esconder los boletines para que nuestros compañeros no pudieran leer nuestra lista de regalos. Era inevitable, nos los arrebataban y teníamos que soportar a los compañeros más quisquillosos persiguiéndonos por los pasillos del instituto: enchufaos, enchufaos...





Otro privilegio que disfrutábamos por ser hijos de nuestro padre era pertenecer al prestigioso y muy premiado coro del instituto. El director del coro, mi siempre querido Padre Azorín, nos permitía hacer todo lo que nos diera la gana salvo una cosa: cantar: "Moved los labios pero no cantéis". Nos utilizaba de atriles; nos cubría de partituras y si emitíamos un sonido, por pequeño que fuese, nos miraba fijamente al tiempo que se llevaba el dedo índice a los labios en clara señal de silencio.

Enchufaos, enchufaos, enchufaos...parece que los estoy oyendo.




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martes, 22 de marzo de 2011

NEGRITOS

A Dios, que me es muy simpático
JARDIEL PONCELA


Cuando escribí, allá por el mes de marzo del año pasado, una entrada que titulé NIÑOS, dije que me refería a esos niños que son felicitados en sus cumpleaños, esos que son visitados por los Reyes Magos y el ratoncito Pérez. De los otros,  los negritos, los que mueren simplemente por no disponer de un chorro de agua para lavarse las manos, de esos,  prometí escribir en otro momento.

Ese momento no llega nunca. Es un asunto que me mata. Me siento ante el ordenador, empiezo a escribir y se me van las ganas. Lo dejo siempre para otro día, para mañana  -"mañana ayunará Juanelo", nos decía nuestra madre cuando aplazábamos una tarea-. Así que a tomar viento mi promesa,  no escribiré nunca ese artículo, ni siquiera hoy, Día Mundial del Agua.

Hay cifras que no digerimos fácilmente: más de nueve millones de niños  -negritos, por supuesto- mueren cada año por causa de enfermedades leves. Enfermedades tan superadas por aquí que si alguno de nuestros pequeños enfermara de ellas no se libraría de ir al colegio esa mañana.



Salvo colaborar con alguna ONG, poco podemos hacer nosotros. Patalear. Solamente algunos gobiernos, las grandes fortunas y la Iglesia  podrían acabar con semejante disparate, tan solo mandando aspirinas caducadas, pastillas de jabón y algún que otro Zahorí.

Están ahí, a pocas horas de El Vaticano.













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miércoles, 16 de marzo de 2011

PRIMAVERA DE LOS POETAS


          Ser poeta / es buscarse, no buscar una poesía.  (ÁNGEL PANIAGUA)



Aprendí en su día que para escribir un poema se debe elegir un tema, un estilo, un lenguaje, un tono y un ritmo determinados. Debía reunir metáforas y palabras concretas y combinarlas con el silencio.

Acababa de leer a Nicolás Guillén: Para hacer un poema, lo importante es saber cómo se hace un poema. Ya sabes, pues, Orencio, cómo se hace un poema. No supe ver que me tomaba el pelo y, animado, perpetré mis primeros versos: Te quiero de tal manera / que si un huracán viniera / mi amor no vacilaría / pues tan firme estaría... Los primeros y los últimos.

Te quiero de tal manera... ¡Qué bochorno! Así, tan pronto, acabó mi prometedora carrera de vate y pasé a dedicarme al poco recomendable oficio de leer a los poetas.

Es tanta la admiración que les profeso que cuando alguien se dice poeta pienso que peca de soberbia. Uno puede proclamar que es pintor, músico o incluso escritor... pero poeta. A Jorge Guillén le daba vergüenza, incluso, cuando le llamaban así: ¿Poeta yo, como Virgilio?, decía.
Otro tanto sentía el mismísimo Virgilio: Vate me llaman, más no soy tan cándido. Con Vario o Cima, competir no puedo, soy entre ellos como ánade entre cisnes.

La imagen más clara de lo que es un poeta me la reveló José A. Valente. Le interrogaban acerca de su posible entrada en la Academia de la Lengua: Meter un poeta en la Academia es como meter un árbol en el Ministerio de Agricultura. No se puede decir mejor.



Ser capaz de escoger las mejores palabras en el mejor orden y hacer con ellas una fila por primera vez, es un don del cielo que poseen tan solo los elegidos. Uno de esos afortunados es sin duda nuestro Ángel Paniagua. No voy a pretender descubrir aquí a quien es considerado Uno de nuestros poetas más hondos y perfectos, cultos y sinceros. Sin duda uno de los más grandes poetas españoles de la generación de los 80. Lo que sí haré es desempolvar sus primeros versos que leí -allá por 1989- para, así, celebrar el Día Mundial de la Poesía.


De La mano de Kublai (Homenaje a J.L. Borges)
A. PANIAGUA


Fue muy largo el camino,
Cargado de experiencias,
Pero al fin el viajero
Pisó la tierra virgen
A ojos de Occidente,
El sueño de su infancia,
La tierra de sus cuentos.



(Como saben, la Unesco ha declarado el 21 de marzo Día Mundial de la Poesía. Quisiera proponer que nos sumáramos a este homenaje recordando aquí, en nuestros comentarios, esos versos que algún día leímos y que nos atraparon para siempre). 







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lunes, 14 de marzo de 2011

JAPÓN

 




                                   http://elbamboso.blogspot.com/search/label/Ciencia



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sábado, 12 de marzo de 2011

BANNER



Is@Hz ha diseñado este BANNER para el club. No nos privamos de nada.


domingo, 6 de marzo de 2011

DÍA DE VINO Y ROSAS

No te olvides de recoger todos los frutos de la vida.
O. KHAYYÁM


He de reconocer que gracias a la globosfera estoy conociendo -me refiero a tocar, abrazar y besar- a un ramillete de personas de lo más interesante. Los últimos en aparecer por mi vida han sido Isa y Carlos, ya sabéis,  Is@Hz y el Tusitalas.

Ya no recuerdo cómo aparecieron por el blog pero sí sé que desde el principio les eché el ojo. El amor a primera vista nunca me ha fallado y en esta ocasión tampoco. Desconocía por entonces que eran pareja y me aproximé a ellos por separado.



A Carlos lo veía como a un hermano menor con el que me encantaba hablar de libros y de cine. Me pareció un tipo auténtico, con talento, que escribía de lo que conocía y le gustaba. En sus clases me encontraba muy cómodo y sus recomendaciones daban siempre en la diana.

Is@Hz era una profesora muy imaginativa y sus clases no dejaban de sorprenderme. Pero su auténtica talla la descubrí un buen día que tuve serios problemas con mi blog y acudió en mi ayuda dedicándome su tiempo, su sabiduría y su paciencia. Ese día me enteré, además, que compartía su vida con Carlos y ya mi cariño por los dos se disparó.

Al saber que vendrían por estas tierras organizamos una comida en su honor en el Thornton Club. Nombramos un comité de recepción: Cabopá, Isabel, Farallón, Mariano, Javier, Andrés, Pilar y Gloria. Que dicho sea de paso, son un racimo de lo más granado. Gente de categoría.



Isa y Carlos llegaron desde Barcelona -vía celeste- y al cabo de unos minutos de charleta ya nos dimos cuenta que eran tal y como los habíamos imaginado. Si cabe, en la distancia corta eran aún más entrañables. Dos joyicas.

Fue un día inolvidable. Sol de invierno, risas, charleta, regalos, abrazos y besicos. Día de vino y rosas que atesoro en mi ya larga memoria.

Carlos, Isa, Carmen, Isabel, Andrés, Javier, Alfredo, Jesús... Todos ellos han aterrizado ya en mi mundo real, el de carne y hueso, y les aseguro que aún son más guapos.









martes, 1 de marzo de 2011

VOLVER



El pasado noviembre tomé una indecisión: cerrar temporalmente el Thornton Club. Trataba así de curarme de la adicción a este invento de la globosfera y de paso dedicarle más tiempo a otros juguetes. En estos tres meses de penitencia he leído más libros que Alonso Quijano, he escuchado más música que Luis II de Baviera y he visto más películas que Piñero, que era el acomodador del cine de verano de La Alberca.

Transcurrido este tiempo de abstinencia bloguera he considerado que es un buen momento para volver. La cabeza me aconseja que espere algún tiempo más pero como siempre he sido un descerebrado he decidido que ya está bien. A tomar viento el sentido común que como todos sabemos es el menos común de los sentidos.



Me gustaría regentar este club de la misma forma que manejo mis regímenes de adelgazamiento: temporadas en que me convierto en el "señor Apetito" y devoro todo lo que me place y temporadas de boca cerrada en las que comparto mesa y mantel con Carpanta. Así que, si vuestra paciencia me lo permite, estaré en el club sirviendo copas hasta el verano y con los primeros calores cerraremos de nuevo hasta el otoño. Apetito y Carpanta.

Quiero daros las gracias a los que acudisteis a mi despedida y deciros que estoy deseando darme un atracón con todos vosotros: Isabel, Daniel, Jesús, Carlos, Perich, Andrés, Estrella, Fumador, Blanco, Tordon, Cabopá, Estriver, Virgi, Annick, Clares, Lola, Madison, Is@Hz, Parker, Farallón, Ms.Frutos, Chosic, Mamen, Aro, Nicolás, PepePereza, Marta, MªJesús, JoseLorente, Álvaro, Mercedes, Almalaire y Pedro Huelva.

Sin más rodeos: queda abierto de nuevo el Thornton Club. Invita la casa.

¿Hay alguien ahí?


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