viernes, 5 de marzo de 2010

SUECOS

Dos años después de concederle el Premio Nobel de literatura a Kipling, la Academia Sueca premió con el Nobel de Literatura por primera vez a una mujer, la novelista sueca Selma Lagerlöf. El próximo 16 de marzo habrán transcurrido 70 años de su muerte. Muchos la descubrimos por su novela "Las aventuras de Nils Holgerson", un clásico infantil y juvenil.


La infancia de Selma Lagerlöf fue la infancia de una niña con una lesión de cadera que no le permitía jugar con otras niñas. Pasaba los días con sus mayores que le compensaban relatándole cuentos y leyendas.
Una de esas leyendas le inspiró para escribir una breve novela: “La Carreta Fantasma”. Esta leyenda cuenta que aquél que muera la víspera de Año Nuevo, justo antes de las campanadas, será durante el año siguiente el conductor del carruaje que recoge a las almas tras su muerte.


Otro sueco, el director Víctor Sjöström, llevó a la pantalla esta novela de Selma Lagerlöf y realizó una película que está considerada como uno de los mejores films de todos los tiempos: "Körkarlen".

Körkalen está realizada en 1921 y es una cima del cine mudo. Bergman decía que era la película más importante de la historia y Kubrick, en "El Resplandor", toma prestada alguna que otra idea de Sjöström, como la escena de la puerta destrozada.





Hay en Körkarlen una secuencia inmortal: el carro de la muerte atravesando la noche y bajando a las profundidades del mar en una sobreimpresión de imágenes inquietante. Estas escenas están recogidas en el vídeo que les traigo, son 5 minutos sólamente. Que aproveche.






martes, 2 de marzo de 2010

TRADUCTOR

Tan dificultosa cosa traducir
bien un libro como hacerle
de nuevo.
Garcilaso

Dicen que dijo Borges, que siempre hablamos mal de los traductores y sin embargo todos estamos de acuerdo en que la literatura rusa es admirable.

Sabemos que el oficio de traducir es el más inexacto de cuantos conocemos, especialmente el traductor de poesía. Cómo es posible reescribir lo que el poeta expresó con esa precisión, única, de poeta. Esa precisión que le lleva a tocar y retocar su poema hasta exclamar “¡No le toques ya más, / que así es la rosa!”. Cómo es posible, luego, manosear esa rosa y transformarla en azucena: ¿"Traduttore, traditore" ?

Aceptando que los traductores puedan tener las manos manchadas, hemos de observar que no todos las tendrían igualmente sucias. Dentro del gremio también hay sus categorías. Dios nos libre de aquel traductor mexicano que infirió temerariamente al castellano la novela de Ayn Rand, "Los que vivimos", brindándonos esta perla: “Y entonces Hitler, enfurecido, exclamó: “¡Che, no me vengas con macanas!”... ¡Homérico!

Tengo un amigo muy aficionado a la música clásica , especialmente a la música de Schubert. Tuvo la feliz y titánica idea de traducir los casi 750 lieder de Schubert. Surgió un problema, que no sabía absolutamente nada de alemán. Hombre emprendedor, se armó con un diccionario y una sintaxis de ese idioma tan raro y tradujo los versos de Gohete, Schiller, Mayrhofer, Rochlitz, Hölty, Stolberg ... Buscó una editorial de prestigio para su publicación. La editorial Hiperión cayó rendida ante semejante hazaña y los publicó en tres tomos. La crítica fue unánime: "Espléndida".