NO HAY NADA MÁS CIERTO que la vejez es la edad
de la sabiduría inútil. A los mayores nos da por las cosas más peregrinas que uno se
pueda imaginar. Últimamente ando enredado en averiguar los rotundos segundos
apellidos de algunos de mis personajes imprescindibles:
Juan Ramón Jiménez MANTECOSO, Miguel de
Unamuno y JUGO…
Mi
último descubrimiento ha sido el de uno de mis escritores
favoritos: Manuel Vicent. En ninguno de sus libros aparece su nombre completo.
Lo busqué por las redes hertzianas, nada. En sus artículos de prensa, nada. Pareciera que más que de una mujer hubiese
salido del vientre de una ballena.
Caí entonces
en la cuenta de que pertenezco a un grupo de facebook de devotos de Manuel Vicent y supuse que allí encontraría la respuesta. Pregunté esperanzado y al cabo de unos días obtuve
mi recompensa. El apellido materno de Manuel Vicent resultó ser rotundo y ya figura en mi colección.
Bobo que lo útil busca / y no ve que la vida / por tal motivo se hace más inútil”, cantaba el poeta de Recanati. Y yo que soy uno de sus fieles lectores seguiré perdiendo el tiempo en asuntos inútiles, que suelen ser los más divertidos.
Por
cierto, se me olvidaba, el apellido tan buscado es: RECATADA.