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No necesariamente ha de ser la película de nuestra vida ni la que nos llevaríamos a una isla desierta. Simplemente la película que nos gustaría volver a ver, acomodados por el acomodador del Thornton Club, en buena compañía, con abundantes bebidas, para Quisque un bourbon, y con miradas de complicidad ante un diálogo genial.
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Tampoco es preciso defender la película como si de una tesis doctoral se tratara. Sencillamente si te apetece comentas por qué la has elegido. Y si no, con decir el título basta. Cabrera Infante escribió en el prólogo del libro El cine estilográfico lo siguiente: “No hay otra expresión crítica relevante a una película que decir: me gusta o no me gusta. El resto es literatura”.
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La película que yo recomiendo es “Double Indemnity” traducida al castellano como “Perdición”. El director es Billy Wilder, el chico es Fred Mac Murray, la chica es Barbara Stanwyck y el tercero en discordia es Edward G. Robinson, que está sublime. La historia fue escrita por James M. Cain, el autor de El cartero siempre llama dos veces y el guión lo escribieron Billy Wilder y Raymond Chandler.
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Esta película me gusta porque es puro cine negro, con un ritmo trepidante y con unos actores nacidos para rodar esta película. La fotografía es definitiva, con inspiración expresionista, esa luz a través de las persianas y esas sombras. Pero, sobre todo, lo que me deslumbra de ella y la convierte en un clásico son los diálogos. Diálogos rápidos, agudos, irónicos, como en las novelas de Chandler. Ahí va un adelanto.
- ¿Sabes por qué no pudiste adivinarlo esta vez, Keyes?
Yo te lo diré.
Porque tenías demasiado cerca al tipo que buscabas,
al otro lado de la mesa.
- Más cerca aún, Walter.
- Yo también te quiero.
The end
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