viernes, 5 de febrero de 2010

DEDICATORIAS

Una de mis distracciones más inocentes consiste en visitar librerías de viejo y copiar las dedicatorias que llevan algunos libros, las colecciono. No me refiero a las escritas por el autor, me detengo en las dedicatorias escritas a mano. Las escritas por la persona que regaló ese libro.




Esas palabras añadidas ya forman parte del libro, y a veces delatan una relación íntima entre dos personas, entre quien lo regaló y quien lo recibió. Por eso, al verlas así, expuestas a la vista de todos, siento cierto pudor. No puedo evitar la sensación de estar desvelando un secreto, pero eso no me impide leerlas.


No sueño con encontrar ningún manuscrito que me hable de los hábitos de los Mlch, como en el Informe de Brodie. Me conformo con toparme con esas pocas líneas que hacen que mi imaginación se entretenga... Por cierto, los Mlch para morar en el cielo tenían que haber sido felices en la tierra, pero esa es otra historia.



Todos nosotros hemos sido alguna vez destinatarios de una de esas dedicatorias.
Una de mis preferidas se la escribió a un amigo mío uno de sus hijos. Con su primer sueldo le regaló las obras completas de Borges y en la primera página se puede leer:

“Al Maradona de los padres”

Borges escribió páginas gloriosas, pero la dedicatoria me reconoceréis que está a la altura.
Si alguno de vosotros lo desea, puede desvelarnos alguna que haya caído en sus manos, o salido de ellas. Os invito a todos a compartirlas. Sin prisa, por supuesto.