NO QUISIERA CONVERTIRME en un viejo gruñón pero como no controle el carácter que estoy echando me temo lo peor. Hace unos días casi me doy de tortas con un arrobado espectador de procesiones que le llamó la atención a uno de mis hermanos. En la misma semana discutí -hasta molestarle- con un buen amigo porque dijo que no le gustaba la poesía de Eloy S. Rosillo. Ayer mismo, les armé la marimorena a mis mujeres por poner en duda que los televisores 4K son mejores que los Full HD. He pensado -lo digo muy en serio- en escaparme un par de semanas a uno de esos monasterios en donde te bajan los humos y sales siendo mejor persona. Algo he de hacer.
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