(Sin su permiso)
Como todos nosotros sabemos, Roberto tiene un blog que se llama Nada que decirte. Allí nos escribe unos guiones que nos tienen a todos arrobados. Con su aparente facilidad para escribir inventa unas metáforas y unos diálogos geniales.
Descubro ahora que la editorial Espasa Calpe publicó un libro suyo -La verdadera historia de Carmen Orozco- que fue llevada a la TV con el título de Herederos. Descubro también que la editorial Pre-Textos publicó su novela ASOMA TU ADIÓS, con la que ganó el prestigioso premio Carolina Coronado, en cuyo jurado estaban Rosa Regás y Benjamín Prado.
He leído de un tirón esta espléndida novela, ASOMA TU ADIÓS. Es ese tipo de libro que te lo llevas a todas partes, que no puedes dejar de leer. Es un festín del más puro Roberto: “Cada vez que Lau se iba sin mí, yo me quedaba todo el día con ella”. En sus páginas pronto averiguamos por qué nos gusta tanto su estilo: “Buscar, buscar la única frase que diga lo que quiero decir. Cuando sepa qué quiero decir”.
ASOMA TU ADIÓS ya duerme en mi biblioteca junto a Borges -seguro que no les importará a ninguno de los dos la vecindad- y será mi regalo para próximos santos, cumpleaños y aniversarios.
Cuando le pedí el libro a mi librero favorito, le dije: “Alfonso, Roberto es amigo mío”. Me sonó a música celestial.
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Como todos nosotros sabemos, Roberto tiene un blog que se llama Nada que decirte. Allí nos escribe unos guiones que nos tienen a todos arrobados. Con su aparente facilidad para escribir inventa unas metáforas y unos diálogos geniales.
Descubro ahora que la editorial Espasa Calpe publicó un libro suyo -La verdadera historia de Carmen Orozco- que fue llevada a la TV con el título de Herederos. Descubro también que la editorial Pre-Textos publicó su novela ASOMA TU ADIÓS, con la que ganó el prestigioso premio Carolina Coronado, en cuyo jurado estaban Rosa Regás y Benjamín Prado.
He leído de un tirón esta espléndida novela, ASOMA TU ADIÓS. Es ese tipo de libro que te lo llevas a todas partes, que no puedes dejar de leer. Es un festín del más puro Roberto: “Cada vez que Lau se iba sin mí, yo me quedaba todo el día con ella”. En sus páginas pronto averiguamos por qué nos gusta tanto su estilo: “Buscar, buscar la única frase que diga lo que quiero decir. Cuando sepa qué quiero decir”.
ASOMA TU ADIÓS ya duerme en mi biblioteca junto a Borges -seguro que no les importará a ninguno de los dos la vecindad- y será mi regalo para próximos santos, cumpleaños y aniversarios.
Cuando le pedí el libro a mi librero favorito, le dije: “Alfonso, Roberto es amigo mío”. Me sonó a música celestial.
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