jueves, 14 de marzo de 2013

LOEWE



Ajeno a modas, etiquetas y corrientes literarias. Piqueras es uno de los poetas más interesantes del panorama poético español
JESÚS BREGANTE


SI A ALGUIEN envidio en esta vida es a los poetas. El otro día me fui de vinos con mi amigo Mariano Feced y con mi amigo el poeta Ángel Paniagua. Le propuse a Ángel cambiarle toda mi destreza deportiva por uno de sus versos. No hubo trato. Le hablé de mi famoso revés tenístico, de mi prodigiosa muñeca para meter el balón dentro de una canasta desde 7 metros, de mi elegante swing golfístico. No hubo trato. El muy puñetero sabe de su don y de la envidia que despierta.

De poetas va esta entrada. Se han reunido en el Instituto Cervantes lo más granado de nuestros poetas: Brines, José María Álvarez, Luis A. de Villena, Cristina Peri Rossi...para entregar el premio Loewe de poesía al poeta valenciano Juan Vicente Piqueras, por su libro Atenas. La Fundación Loewe, mecenas de músicos y poetas, le ha largado 20.000 € a este profesor de literatura. No le vendrán nada mal.




Vergüenza me da reconocer que no había leído ni un solo verso de este poeta. Ha necesitado el trovador hacerse con un prestigioso premio para que yo lea versos tan bellos como estos:



Llevo siempre esta espada de juguete,
porque nunca se sabe,
y una pistola de agua, por si acaso.

Voy siempre preparado
no vaya a ser que, así, en cualquier momento,
siempre el menos pensado,
me asalte la niñez y me desarme,
me pida explicaciones, me someta
a su feroz nostalgia, a sus caprichos,
que no sería la primera vez.