“La idea de patria es repugnante.
Es de los conceptos más venenosos
que ha inventado el hombre”(Rafael Sánchez Ferlosio)
Nunca me han gustado las banderas. Bueno, sí, de pequeño me gustaban las banderitas que colgaban en las verbenas de los barrios. La inglesa era mi preferida.
Es de los conceptos más venenosos
que ha inventado el hombre”(Rafael Sánchez Ferlosio)
Nunca me han gustado las banderas. Bueno, sí, de pequeño me gustaban las banderitas que colgaban en las verbenas de los barrios. La inglesa era mi preferida.
Matizo, no me gusta el uso torticero que se hace de las banderas. No tengo ningún respeto hacia esos patriotas de pacotilla, los fanáticos de la patria. Los que buscan en la patria su último refugio. Ya nos previno el Dr. Johnson qué tipo de personas eran.
Decía Rafael Azcona que prefería vivir en un país sin valores, a vivir en uno en el que los valores sean la religión, la bandera, la raza, el patriotismo...”. Suscribo estas palabras. Siempre he tarareado con placer aquella canción de Paco Ibáñez que nos decía que la música militar nunca le supo levantar. No me ha gustado nunca marcar el paso ni seguir al abanderado.
A mí la bandera que me gusta es la “Bandera Española”. Me refiero a esas flores rojas y amarillas que adornan a las Lantanas. Un arbusto coronado por flores de diversos colores.
Y todo este preámbulo es para recomendarles una película que he visto hace unos días, que me ha entusiasmado y que precisamente se llama “Lantana”. Es una historia de amor y desamor, de soledad y de frustraciones. Aderezada con un enigmático suceso y con un final donde todas las dudas son resueltas, encajando todo como en un gran puzle.
Aquí les dejo un aperitivo.