El
arroz al horno es entre los mil platos de arroz el que más hondo y más
lejos me lleva.
De hecho es el que más me gusta, el que mejor me sienta.
MANUEL VICENT. Comer y beber a mi manera
A Mariano Sanz
Mariano Sanz ha dejado escrito que le sonrió la
fortuna cuando conoció a los hermanos Cos. En nombre de los cinco hermanos
quiero dejar también escrito que la fortuna es nuestra por contar con su
amistad.
Pues bien, mi amigo Mariano me anima desde su blog -Desde el Asilo- a que escriba una descripción
pormenorizada de un exquisito plato valenciano: el arroz al horno.
Con lo que no cuenta el amigo Mariano es con mis
temidas digresiones. La receta es importante pero todos los arroces tienen su
literatura. Empecemos por el principio.
Mis padres, de recién casados, se instalaron en
Játiva -el pueblo valenciano cuna de los Borgia- y allí nacieron mis hermanos Juana,
Merche, Ana, Pepe y Eduardo. En tierras valencianas vivían mis tíos y siguen mis
primos los Tejada, entre ellos mi muy querido tocayo Manrique Tejada. No es de
extrañar pues que la cultura valenciana estuviese siempre presente en mi familia y que hayamos comido
más arroces que los chinos.
Antiguamente en Valencia la comida de los domingos no era la paella sino el puchero. La paella tenía sus días
señalados: la de Año nuevo, la de San José, la de Pascua de Resurrección, la de
San Vicente Ferrer, la del Corpus, y así hasta el otoño en que se dejaba de
hacer paellas. La comida dominguera familiar era el puchero, un plato muy
parecido al cocido madrileño.
Al día siguiente, los lunes, utilizando los garbanzos y el caldo del cocido del día anterior, se preparaba el arroz al horno. De ahí uno de sus muchos nombres: arroz del lunes –arròs del dilluns- por prepararlo ese día. O arroz del holgazán –arròs de malfaener-, porque ya estaba medio hecho. También recibe el nombre de arroz paseado –arròs passejat-, porque se paseaba por la calle a la hora de llevarlo y traerlo del horno. La guasa valenciana es mucha guasa.
Al día siguiente, los lunes, utilizando los garbanzos y el caldo del cocido del día anterior, se preparaba el arroz al horno. De ahí uno de sus muchos nombres: arroz del lunes –arròs del dilluns- por prepararlo ese día. O arroz del holgazán –arròs de malfaener-, porque ya estaba medio hecho. También recibe el nombre de arroz paseado –arròs passejat-, porque se paseaba por la calle a la hora de llevarlo y traerlo del horno. La guasa valenciana es mucha guasa.
Antes de pasar a la acción les diré que la receta de
mi madre se desmarca de la tradicional y prescinde de la patata, el chorizo, las
rodajas de tomate y los ajos.
INGREDIENTES
PARA SEIS PERSONAS
- 3 vasos de arroz.
- ½ kg de garbanzos (En remojo desde la noche anterior).
- 1 muslo y contramuslo de pollo.
- 1/4 de morcillo de ternera.
- 1 tira de tocino fresco.
- 6 morcillas.
- 1 zanahoria.
- 1/2 tomate.
- 1 puerro o 1/2 cebolla.
- 1 casco de cebolla.
- 1/4 de morcillo de ternera.
- 1 tira de tocino fresco.
- 6 morcillas.
- 1 zanahoria.
- 1/2 tomate.
- 1 puerro o 1/2 cebolla.
- 1 casco de cebolla.
- 1 taza de aceite virgen extra.
- ½ cucharilla de pimentón.
- Colorante.
- Sal.
- Sal.
ELABORACIÓN
- Cocinamos el caldo (Pollo, morcillo, tocino,verduras, garbanzos y colorante).
- Reservamos los garbanzos, el tocino y 5 vasos de caldo (si el horno es de gas reservaremos 6 en lugar de 5).
- Colocamos el arroz en cazuela de barro (he dicho de barro) y le echamos sal.
- Reservamos los garbanzos, el tocino y 5 vasos de caldo (si el horno es de gas reservaremos 6 en lugar de 5).
- Colocamos el arroz en cazuela de barro (he dicho de barro) y le echamos sal.
- En pequeña sartén freímos (una taza de aceite) un casco de cebolla (la
cebolla solo es para dar sabor al aceite) y la retiramos.
- En ese aceite echamos el pimentón y lo vertemos
sobre el arroz, removemos y extendemos el arroz uniformemente en la cazuela.
- Colocamos sobre los garbanzos las morcillas crudas y el tocino.
- Vertemos en la cazuela -con mucho cuidado, me recuerda mi muy querida Santica Vinader- el caldo caliente (ojo,
caliente).
- Rectificamos de sal.
Notas.-
-Si se aprovecha el caldo del cocido, téngase en cuenta retirar los garbanzos y el caldo antes de echar el chorizo a la olla.
- Con la carne del caldo -pollo y morcillo- podremos hacer croquetas o freír unos pimientos verdes con tomate y añadirles la carne desmenuzada.
-Si se aprovecha el caldo del cocido, téngase en cuenta retirar los garbanzos y el caldo antes de echar el chorizo a la olla.
- Con la carne del caldo -pollo y morcillo- podremos hacer croquetas o freír unos pimientos verdes con tomate y añadirles la carne desmenuzada.
Buen provecho.
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Se conoce como cross over a la situación que se da en algunas series famosas, cuando los personajes de una visitan la otra, y viceversa. Pues lo que he vivido en vuestros blogs se parece mucho a un cross over. Primero en el de Mariano, en que tú estabas de estrella invitada. Y ahora tengo la sensación de que es él quien se asoma aquí.
ResponderEliminarSi además tenga esta receta valenciana, me admiro. Los valencianos me merecen tanto respeto y cariño. Es cierto lo que dije en el blog de Mariano: ninguno como ellos para inventar sobre los fogones. Lo sabemos, y gustativamente lo sabemos también. Además tienen ese punto medio loco que Berlanga supo captar tan bien, un poco lo que aquí llamamos la rauxa, que los convierte en un pueblo con un punto genial surrealista. Y si a todo ello le sumamos el Mediterráneo, que nos define, enmarca y da personalidad a tantos hermanos, pues figúrate.
Además los valencianos tienen un sentido del humor surrealista muy potente, más ácido que el catalán, más surrealista. Lo del arròs passejat es francamente muy divertido, otra genialidad casi.
Un abrazo.
Buen provecho también para ti.
ResponderEliminar¡Uy, qué buena pinta tiene!
ResponderEliminarSólo he comido una vez. En casa de mi madre los arroces más comidos siempre en domingo eran de verduras, pollo, conejo. Le salían de antología. Yo los he aprendido de ella, los hago sobre todo en verano en la playa, se me da muy bien el arroz y marisco. También hago un arroz caldoso que quiere parecerse al caldero, con este último no he atrevido. Hay una casa en La Alberca donde una chica que lo hace muy bien, todavía guardo su sabor en el paladar, las risas y la charla animada de un día de febrero. Besicos para ella...y para ti también.
Buena pinta tiene ese arroz y, además, es socorrido para aprovechar sobras del cocido (o puchero).
ResponderEliminarHas explicado muy bien la manera de hacerlo, así que lo mismo me animo un día a probarlo.
Como ando despistada, de viajes y giras (yo no suponía estos enredos), no me he enterado de la entrada de Mariano, así que deberé enmendarme y ponerme al día con los amigos.
Un abrazo, Presi, que este club da para mucho, incluso para aprender a cocinar.
Ya veo con qué cuidadico echas el caldo encima de las morcillas para no desarmar el "quiosco".Está bien, es un pequeño troco que aporto humildemente por si tus amigos no se han dado cuenta.
ResponderEliminarChirrete-
¡Joder Manri! Lo explicas tan bien que se me ha hecho la boca "arroz al horno".
ResponderEliminarLo digo además por si alguna "cuñá" se anima que avise.
Un abrazo
Pepe
corrijo, donde dice troco, quise decir truco. Perdón-Chirrete-
ResponderEliminarPues ya ves tu, haciendo cross over y sin enterarme. Lo que se aprende con estos chismecicos modernos. Me alegro mucho de que compartas con nosotros por lo menos la receta, explicada con la sencillez y facundia que te caracteriza. No sé si retarte para que pases a mayores. Otro abrazo agradecido.
ResponderEliminarPor cierto, la entrada de antología.
EliminarPues buena pinta sí que tiene, y bien rico que tiene que estar, y yo lo haría con mucho gusto, pero tengo un pequeño inconveniente, y es que hace lo menos doce años que no como carne. Como me va bien y me he acostumbrado, no rompo esta abstinencia voluntaria por nada. Lo que sí me ha encantado es saber de ese origen valenciano de tu familia, que yo desconocía. De parte de los Tejada, creo entender.
ResponderEliminarQuerido Manrique. Además de ser tocayos (por mor del padrino de nuestro abuelo Manrique Mariscal de Gante, y por mi padre) ambos nos casamos con una Pilar por lo que al menos dos cosas tenemos en común (yo creo que otras cuantas). A pesar de que ya no vivo en Valecia desde hace 30 años sino en Alicante donde presumen de hacer los mejores arroces, tengo especial pasión por el arroz al horno de la que es maestra mi mujer hecho en una cazuela de barro (especial para arroces al horno) que compramos en el Mercado Central de Valencia. Un abrazo y sigue escribiendo que lo haces muy bien.
ResponderEliminarPues tiene una pinta... Merece ser plato de fiestorro total.
ResponderEliminarAlgún día intentaré hacer este platillo en mi horno.
Un abrazo desde mi Librillo.
ResponderEliminarQuerido Sean, quiero recordar que este plato se comía con cascos de cebolla tierna y pimientos en sal y vinagre. ¿Es posible?.
En Játiva yo lo he comido con sobresada disuelta en el caldo. Tal vez sería para disimular un caldo pobre o improvisado.
Prometo enfrentarme al robot, Thornton.
ResponderEliminarPero con el estómago lleno del arroz de Mariano. Para vencer o morir feliz.
Abrazo grande.
Exquisito arroz a la literatura, el buen gusto de Mariano Sanz sabrá apreciarlo en su justa medida.
ResponderEliminarGracias por la receta y por tu tiempo en mi blog.
Saludos cordiales, Thornton.
El arroz tiene muy buena pinta y la literatura que le acompaña mejor. Probaré a hacerlo. Besos.
ResponderEliminarLa receta es excelente pero las notas aclaratorias le proporcionan el punto exacto de exquisito sabor. ¡Preparado para cocinarlo!
ResponderEliminarSabes que os quiero a todos, Manri.
Una vez oí a una compañera de Redován que su madre hacía "arroz al horno". Me pareció exótico y nunca le pedí la receta. Por tu autoridad voy a ponerme manos a la obra.
ResponderEliminarMuchos besos.