viernes, 10 de enero de 2014

PERFUME

EL POETA GABRIEL FERRATER decidió suicidarse porque odiaba el olor de los viejos y no quería llegar a desprender ese olor. Al cumplir 50 años se tomó unas pastillas, se colocó una bolsa en la cabeza y se liberó de ese riesgo.

Desde que me enteré de este suceso, no hay santo, cumpleaños, aniversarios o Reyes que ante la pertinaz pregunta de mis hijos: "Qué quieres de regalo, padre", no les conteste: Un frasco de perfume.




3 comentarios:

  1. Buena solución, aunque prefiero, al contrario que ese poeta, llegar a oler a viejo que oler a podrido prematuramente.

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  2. ¡Qué bien huelen tus ideas!

    Besicos, amigo

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