El primero en aparecer por el club fue Tordon, hizo su entrada rodeado de jovencitas que le miraban arrobadas y le suplicaban que se quitara las gafas. Qué tendrá este Tordon.
A Blanco no le había llegado la invitación a tiempo y se quejaba con razón. Al tercer whisky se le fue el enfado. Buen tipo.
La llegada de Isabel fue una sorpresa muy agradable. La conocía desde hacía poco tiempo y me había causado una impresión muy grata. Le presenté a Blanco y resultó que ya eran viejos amigos.
Cuando llegó el Porquero no lo reconocí, iba más elegante que el mismísimo Agamenón. Me dio la impresión que además de comer bellotas el caviar no le desagradaba. Aunque pretenda disimularlo, es un exquisito.
El arquitecto Jose Lorente, hombre de buen gusto, alabó la decoración, la música y el champagne.
Clares vino acompañada por un joven de buen porte, un tal Marcelo. Era la más esperada de la noche, la madrina del club. Pronto entabló conversación con Isabel y me dio la impresión que tenían muchas cosas en común.
Cuando apareció Dillinger hubo un alborozo general, todos querían saludarle. Dillinger, quitándose el sombrero, disparó: qué hay de beber. Miró de reojo a la chica que en ese instante cruzaba la puerta, y volvió a disparar: qué caramelo, dijo sin dejar de mirarla. La chica era Carla, distante y muy sexi. Carla tomó la iniciativa: te invito a una copa, Dillinger.
Después fueron apareciendo otros invitados: Pepe Pereza, Ovetdao, El Pobrecito hablador, Eastriver, María Jesús Paradela, Culturajos, Madison ... champagne para todos.
Y colorín colorado este cóctel ...
¡Qué pedazo de inauguración te has montado, Thornton! Hasta has pintado la casa de azul. Esto es fantástico. Dentro de nada me das lecciones informáticas, que yo llevo en esto un mes y todavía voy torpe (atenderé a Clares con atención).
ResponderEliminarUn beso para ti, Presi, y un beso para todos los invitados. Encantada de conocerlos.
Un placer esta fiesta, Presi. Brindo por ella.
Está claro que he hecho una buena elección al incluir este club en mi itinerario. Me gusta, incluso, la nueva decoración.
ResponderEliminarAbrazo
Se me olvidó ayer. ¿Quién es Blanco? Ando con la mosca detrás de la oreja, yo que soy una mosca dillingeriana, una mosca vulgaris que anda a cara descubierta.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por su cumplido.Si elegante significa,"el que elige",puedo considerarme elegante cuando puedo.
ResponderEliminarTodos podemos ser elegantes.Saber aunar lo democrático y lo aristocrático es placer de dioses.Le tengo que volver a felicitar por su elegante diseño.
ResponderEliminarBlanco es el color discreto con el que Thornton eligió no pintar su página. Y BLANCO soy yo, Isabel.
ResponderEliminarEstupenda la fiesta. Los que salimos poco valoramos mucho los encuentros como éste. Gracias por invitarme.
Reitero mis alabanzas a la decoración, la música, el champagne y, sobre todo, la compañía.
ResponderEliminarIsabel, tal vez cuando te presenté a Blanco ya habías dado buena cuenta del champang y no lo recordabas. Ambos coíncidis en Dillinger.
ResponderEliminarBlanco es un tipo auténtico, escribe con las tripas y a mí me tiene enganchado. ¿La resaca, bien?. Un saludo.
Porquero, "arbiter elegantiae", según mi diccionario, elegante es alguien dotado de gracia y nobleza. Celebro que te gustara la fiesta. Un saludo.
ResponderEliminarBlanco, veo que estás en forma. No hay whisky que te tumbe. Un saludo.
ResponderEliminarJose Lorente, de acuerdo: lo mejor la compañía, y mira que el champagne era caro. Un saludo.
ResponderEliminarEstoy en forma, pero no sé en forma de qué.
ResponderEliminarNo hay whisky que me tumbe, pero lo seguiré buscando.
Un saludo.
Encantado de haber asistido a tan prestigiosa fiesta. Me encanta el alborozo que provoqué al entrar. No sabía que tenía tantos amigos y eso me encanta. El problema es que bebí demasiados "Manhattans", uno de mis cocktails favoritos, y no recuerdo bien a Carla... Vaya...
ResponderEliminarAbrazos dillingerianos.
Se ve que me pasé con la bebida. Tanto que aún ando resacosa y escasa de reflejos y ausente de luces y clavada por las sienes.
ResponderEliminarPerdona, Blanco. Si hasta bailé contigo.
Nos vemos.
¡Qué embriagadoras copas, qué sabrosos canapés, que música tan conmovedora…!
ResponderEliminarPero de mis hipotéticas muchachas arrobadas….ni rastro.
¿Será que a Tordon muerto, Thorton puesto?
Salu2
Dillinger, ¿no recuerdas bien a Carla?, le llamaste caramelo, eso lo oímos todos. Te invitó a una copa, eso también lo oímos todos. ¿No será que eres un caballero? Saludos.
ResponderEliminarTordon, olvidaba que esta crónica del corazón la puede leer tu pareja, ha sido una indiscreción por mi parte. Tu última frase es tan genial como incierta. Saludos.
ResponderEliminarPues no que me había perdido la crónica del evento... con lo maravilloso que resultó. Un verdadero placer, y espero reunir la dignidad necesaria para seguir siendo la madrina de honor por mucho tiempo, yo que he frecuentado los locales más elegantemente zarrapastros de varias ciudades y ciudadelas, y que no me muevo sin paje, que el niño se me pega a todos los festejos. La decoración festiva para este acontecimientos social, de lo más in. Querido Thorton, te superas.
ResponderEliminarClares,si visitas de nuevo mi entrada de Machado, comprobarás que aunque tontico, me vas sacando punta. Y sin silbarte.
ResponderEliminar"Tanto tú cuando explicas me contentas que, así como saber, dudar me agrada".
P.D.Ese paje sabe a quién acercarse. Un saludo.
Que lujo. Apocas y llegamos a la fiesta...el tráfico, hay demasiado tráfico a estas horas pero al fin conseguimos llegar y fue una gran fiesta. Creo que volveremos por aquí, sí, todas las noches. ¿Puede alguién poner un poco de jazz? y ya puestos...pues un manhattans bien cargado que esto acaba de empezar.
ResponderEliminarSaludos.
Culturajos.
He llegado demasiado tarde...esperaré otra ocasión.
ResponderEliminarSi es que llego tarde a todas partes.
El champán me mata.
ResponderEliminarMadison, al Thornton Club llegaste a tiempo, y según leo, aún quedaba champagne. Gracias por pasar, y gracias por quedarte. Un saludo y hasta pronto. Marcho a tu café.
ResponderEliminarMaría Jesús, pide por tu boca, ¿quieres una copa de jugo de mirra?
ResponderEliminarEn el reposado repaso por tu blog me encontré una entrada que titulaste "Jueves". Recordé lo de "esta tarde no hay escuela", así lo decíamos también por aquí. Un saludo.
De un tiempo a esta parte, llego siempre tarde a todas mis citas y la vida me parece una fiesta a la que nadie se ha molestado en invitarme.
ResponderEliminarToma ya, lo he escrito yo solo, desde un avión en dirección a Bolonia. Llevo sentado a mi lado a VLM que lee Perros Heroes. Estoy un poco nervioso. Será la resaca.
Un Bloody Mary, please.
Saludos de Quisque
Gracias, cambio café por champagne.
ResponderEliminarTambién es un buen coctel no crees?
Con tu permiso me quedo por aquí
Ostras, Thornton, pasaba por aquí, a ver si quedaban copas y ¡mira la que hay liada! Tomaba hace un rato un café en Madison, me puse toda seria y mayorzota y aquí se viene a trincar. Nos han pillao, amigo.
ResponderEliminarPorque los otros invitados no se extrañan de mis costumbres. Bien sabe Quisque, El Fumador y los que se tercien, que me gusta arrimarme al fuego de su leña y oler el humo que no me puedo tragar y echar unos buenos vinos de la tierra.
¡Cómo se está poniendo el club, señor Presidente!
Quisque, desde luego lo que has escrito tiene mucha altura. El Bloody Mary está servido. Saludos, también para VLM.
ResponderEliminarIsabel, ya he repuesto la bebida, he traído hasta jugo de mirra.
ResponderEliminarMe consta que varios de los invitados han venido contigo, espero que sean lo peor de cada casa. Respondes por ellos. Un saludo.
Ay Thornton, que no es el champan lo que a mí me va, ya sabes, desde aquella vez en otro cóctel que acabé..., bueno, no me acuerdo muy bien dónde acabé.
ResponderEliminarEres un gran anfitrión y un magnífico organizador de fiestas, espero no perderme ninguna.
Salu2
Por cierto, a ver si un día de estos tengo una larga conversación con Isabel, que parece tan encantadora. Voy a tu entrada de Machado, que creo que me conducirá a ella sin falta.
ResponderEliminarAy Ovetdao, qué amable eres. Champagne, champagne, no bebiste pero agua tampoco. Acabaste gritando "Viva el que gasta", como en La Boheme. Un saludo.
ResponderEliminarRespondo por ellos, Thornton, aunque de la misma manera que respondo por mí misma (a saber). Son de la peña, amigo.
ResponderEliminar¡Cómo está el bar! ¡Jesús! Me eché al cuerpo un golpe y, alá, gandula, a trabajar, que hay mucho curro.
¡Qué puntazo tiene Clares! Porque no me pasa desapercibido que tú también me llevas gentes a casa. Aviados estamos. Y aún novatos ambos. Chiqui, mira la hora que tienes puesta y engánchate a la de Madrid.
Besazos.
Isabel, mi hora ya es madrileña.
ResponderEliminarEntre unas y otras me estais desasnando. Un saludo.
Genial Thronton. ¡Qué bien me lo he pasado leyendo esta entrada!
ResponderEliminar¡Una ronda! Corre de mi cuenta
¡salud!
AVISO: intentando quitar del listado de seguidores uno con forma de, digamos, vagina desplegada, tras el que se ofertaba una página porno, he cometido la torpeza de cargarme a otros seguidores que quisiera seguir viendo allí.
ResponderEliminarEn fin, que si se ven, o no se ven, vuelvan a ponerse allí. O a no ponerse. Gracias.
Mariano, ¡VIVA EL QUE GASTA!
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