Cuando éramos unos críos nuestra madre descansaba de nosotros mandándonos al cine. Por entonces en los cines echaban dos películas y nuestra madre nos ordenaba permanecer dentro de la sala hasta ver esas dos películas y, además, repetir la primera. Era una orden: tres películas.
Para decidir a qué cine íbamos lo primero que preguntábamos era de qué iban: si eran del oeste, policíacas, de risa...Después nos fijábamos en quiénes eran el chico y la chica. El director no nos interesaba lo más mínimo y los guionistas para qué decirte. Pero rápidamente preguntábamos qué película echaban primero, ese sí era un dato importante, era la película que nos íbamos a tragar dos veces.
Sin pretenderlo, nuestra madre nos enseñó a ver una película conociendo ya la historia, conociendo el desenlace. Nos enseñó a ver una película con una segunda mirada que te permitía captar detalles ajenos a la acción. Esos detalles que a la larga, ahora ya lo sabemos, son los que hacen que una película, que un libro, los guardemos para siempre.
Qué razón llevas. Qué tiempos de sesiones dobles y triples. Cómo educaron nuestras retinas.
ResponderEliminarAmigo, esta entrada es una joya. Hasta en blanco y negro nos la ofreces.
No nos queda más remedio que amarte.
En mi pueblo había un cine. NO era muy grande pero todos los fines de semana proyectaban películas, unas de actualidad y otras un poco más antiguas. Me gustaba ir, unas veces porque me mandaba mi madre y otras poque yo mismo me escapaba a sus butacas. Años mas tarde ese cine lo cerraron y no han vuelto a abrir otro. Mi pueblo es un lugar muy bonito para vivir pero no tenemos cine...
ResponderEliminarBuena entrada, me has recordado a aquellas sesiones con sabor a gusanitos en los dedos.
Humeantes saludos.
El fumador
Mis hermanos y yo íbamos al cine "Tomate", del cual, si recuerdo bien la referencia que diste de un barrio, te acordarás, a no ser que seas mucho más joven de lo que pienso. Nosotros éramos una tribu completa, pero como los demás pisos de mi casa estaban ocupados por otras tribus, nos poníamos de acuerdo para ir en tropa, así que al final, contando con un par de niñeras, que eran también casi unas niñas, íbamos unos veinte críos más las meriendas. Toda una excursión hasta San Andrés desde la calle Juan de la Cierva. Allí veíamos esas tres películas que tú dices: A-B-A, como estaba mandado por la máxima autoridad: Bob Hope, Marte ataca la tierra, Las chicas de la Cruz Roja, de guerra, del oeste, de baile, de risa, españolas y americanas, debidamente autorizadas por la censura.
ResponderEliminarLa primera pelicula que vi en mi vida, con cuatro años, fue Fantasía. Me llevó mi padre. Eso fue para mí la fascinación absoluta. Eso es el cine para mí.
Isabel, acepto este poquito de exageración, sé que es fruto de nuestro afecto. Gracias.
ResponderEliminarLo cierto es que el cine se metió en mis huesos y ahí sigue. Me he pasado media vida imitando al chico de la película, y aún hoy, a veces, creo ser realmente Thornton. Un beso.
Fumador, ya conozco lo que se siente cuando te cierran un cine, tu cine. A mí aún me queda uno en pie, el Cine Rex, veremos lo que dura.
ResponderEliminarEn nuestros dedos no había restos de gusanitos, lo nuestro eran las pipas. Un saludo.
"Cine cine cine cine, más cine por favor, que todo en la vida es cine, que todo en la vida es cine y los sueños cine son."
ResponderEliminarEstá claro que a Aute le guta el cine, igual que a nosotros, y no hace falta explicar las razones, pero seguro que alguno de vosotros podrá explicarme (ya que viene muy al caso en este blog) las que llevaron a Machado a ponerlo en cuestión. Quizás fue porque no le dio tiempo a ver Fantasía.
Clares, me acuerdo del Cine Tomate, claro que me acuerdo, el Salón Vidal. Y del Popular, del Teatro Circo, del Coy, del Coliseum y del Cinema Iniesta, siempre me llamó la atención lo de cinema. Soy de la quinta del 48, y todos estos cines, junto con los futbolines, eran mi segunda vivienda, mi chalete. Un saludo.
ResponderEliminarDice Javier Moreno en su libro "Atractores extraños" que en torno a uno de sus personajes se reunían los amigos, cargados de pipas y gusanitos, para que les contaran las historias. Ellos pedían y el protagonista hablaba. Echo de menos la narración oral, el cine de niño era algo así, un sustituto del abuelo y de su paciencia. Reconozco que mi abuelo no tenía muchos efectos especiales, pero era agradable. Bueno, lo acepto, mis padres no me daban dinero de niño para ir al cine.
ResponderEliminarPor cierto, Javier Moreno es murcianico aunque residente en Madrid y su libro está en Inéditor. Fue talento Fnac con su novela Click. Merece la pena leerlo
Jose Lorente, a mí también me extrañó el desencuentro de Machado con el cine. No lo he reflexionado pero juro que lo haré. No obstante, en este club hay personas más autorizadas que yo para satisfacer, entre trago y trago, nuestra curiosidad. Esperemos que lo hagan.
ResponderEliminarHe leído tu entrada sobre Haydn, me ha parecido magnífica, desde aquí la recomiendo. La comentaré en tu blog. Un saludo.
Culturajos, qué suerte el que de niño ha disfrutado de un cuentacuentos. Nosotros nos poníamos alrededor de la radio a media tarde, pan, chocolate y cuentos.
ResponderEliminarGracias por la recomendación del libro y del autor, no he leído nada de él... de momento. Saludos.
Cierto. Digamos que nuestras madres nos enseñaron a mirar. Ahora estamos en la época en que no se mira: se consume. Así nos va.
ResponderEliminarAmigo, yo soy de la quinta del 58. No recuerdo el cine "Tomate" (¡qué suerte la de Clares y la tuya1), pero sí que añoro el Coy, el Gran Vía, el Teatro Circo y el Rosi de mi época universitaria. Como decía José Lorente cantando con Aute: "Cine, cine, cine, más cine por favor..."
ResponderEliminarEastriver, me alegra verte por aquí. Ahora lo que hay es mucha prisa, gente con prisa, gente menor. Un saludo.
ResponderEliminarIsabel, eres una cría. Ganas me dan de llamarte Isabelita.
ResponderEliminar¿Qué te parecen estas películas?
-La escapada
-Dos en la carretera
-Página en blanco
Por cierto, Isabel, niña Isabel, no se te escapa ningún detalle. Lo digo por el blanco y negro. Eres una máquina. Un saludo.
ResponderEliminarThornton, gracias por lo de cría, y claro que me puedes llamar Isabelita (así llamo a una sobrina muy querida; bueno le decimos Isabelilla).
ResponderEliminarDe las películas que me comentas, sólo he visto las dos primeras (¿las he visto?). Es que soy un desastre para recordar nombres de pelis. Sí, creo que sí. La escapada, con Sam Pe...(pequinpak suena, pero no sé cómo se escribe). Ya ves que, de verdad, soy una cría, que algunas me quedan lejos.
La que seguro no he visto es la última.
Y vos, ¿habéis visto Excalibur, Casablanca, La fiera de mi niña, Te daré mis ojos...? Anda, ¡toma ya! Me han salido unos cuantos nombres de corrido. No me lo puedo creer. Como les pasa a nuestros Culturajos.
Muchos abrazos. ¡Qué buenos ratos se pasan en esta casa! Volveré que, ahora, me voy a la cama, que para las crías ya es tarde.
Recuerdo que siempre iba al cine con mi hermana, yo no quería, porque ella era más pequeña. Pero mi madre me obligaba. En aquellos tiempos me daba rabia y ahora cuando lo pienso siento alegría y esbozo una sonrisa.
ResponderEliminarSiempre echaban dos pelis, a veces una era de romanos. No me gustan las pelis de romanos.
Ese cine, al que fuí durante mi niñez y adolescencia hace años que no existe, ahora tenemos...siete mini salas.
Me gusta mucho el cine. El pasado fin de semana estuve en Madrid, en la Gran Via, donde antes, no hace mucho había un cine, ahora han inaugurado un H&M, ¿cómo puede suceder algo así?
Fui a ver la pelicula de Darin, magnífica película en todos los sentidos.
PD. supongo que en lo que he escrito hay faltas de ortografía, pero es que a estas horas ya no veo.
Buenas madrugadas
Me encanta este club que cambia de decoración de un día para otro y encima ponen pelis. ¿Qué más se puede pedir? Hablando de pedir ¿No quedara un poco de champán del otro día?
ResponderEliminarUn abrazo.
Madison, también tu madre descansaba mandándote al cine, qué suerte.
ResponderEliminarSiete minisalas, serán capullos.
A los chicos nos gustaban las de romanos, las del oeste, las de capa y espada... y a las niñas las de amor y lujo.
La película de Darin no la he visto pero me la apunto. Un saludo, Madison.
P.D.
Ya que nuestro anfitrión propone algunos títulos, siempre con su permiso por supuesto, lanzo yo una invitación a recomendar películas que hubieran podido cambiar el parecer de Antonio Machado con respecto al cine, eso es, anteriores a 1939. Ahí va la mía:
ResponderEliminarLuces de la ciudad (1931), Charles Chaplin
Pues yo añado, de Chaplin también, Candilejas.
ResponderEliminarY de los Coen, El hombre que nunca estuvo allí.
Thornton,cierto. Me gustaban las de amor y sobe todo que no muriera ninguno de los protagonistas,puedes imaginar la pena que me produjo Love Story
Pepe, a las ocho y veinte de la mañana pidiendo champagne, no esperaba menos de ti. Eres de esos amigos que dan sed, esos que todos deseamos tener al lado. Te paso a la zona VIP. Un saludo.
ResponderEliminarVer las películas dos veces, qué tiempos. Lo fetén es verlas un número de veces que ya no cuentas porque pa' qué.
ResponderEliminarLa Sirenita, por ejemplo, o Pinocho, o La bruja Novata, gracias a mis hijos las sé de memoria. Y otras muchas.
En la vida me parece que repetimos más "películas" que "vemos" nuevas. Seguro que es para eso, para captar bien los matices ;)
Salu2
Jose, me parece una idea estupenda y, con tu permiso, te la voy a robar. Haré una entrada donde os pida a todos un título. Eso sí, te citaré como padre de la criatura.
ResponderEliminarHace muchísimos años que vi la de Chaplin, esta tarde le echaré un vistazo, después de ver ganar al Barça, por supuesto.
Madison, yo también lloré con aquello de "Amar es no decir nunca lo siento", tan jóvenes, tan guapos.
ResponderEliminarDe los Coen he visto "Muerte entre las flores", que me pareció espléndida, y Fargo, magnífica también. La que mencionas no la conozco pero lo arreglaré rápidamente. Un saludo.
Ya contarás.
ResponderEliminarMadisón, acabo de ver la película. Sencillamente me parece genial. La fotografía, el blanco y negro, los actores ( veo que repite con varios de ellos), la música,un poco de Mozart (coincide en el dúo de la Condesa y Susana de las Bodas de Fígaro con la película Cadena Perpetua)y mucho Beethoven. Y los diálogos, tan de cine negro: el pelo que crece sin cesar, el compañero de trabajo que no para de hablar... Y sobre todo el personaje central, el barbero. Por cierto ese actor se apellida como yo, Thornton, aunque yo soy más tranquilo. Bueno madison, espero tu próxima recomendación, ya ves que no cae en saco roto. Un saludo.
ResponderEliminarAndo buscando tu correo electrónico para un comentario cómplice, pero no lo encuentro.
ResponderEliminarSólo quería decirte algo evidente: no sé demasiado de cine ni sé inglés. Nadie lo sabe todo; pero, entre todos, lo sabemos todo. Y, contigo, aprenderé.
Coincido en algunas pelis de tu perfil: "Ser o no ser" y "Hechizo de luna", entre otras. Hace poco he descubierto a la catalana Coixet y me lleva subyugada. Me fascina su lirismo.
Besos siempre, amigo Thornton.
Ovetdao, no te olvides de Peter Pan. Un saludo.
ResponderEliminarIsabel, conmigo no vas a aprender nada de cine y nada de nada de inglés. Con el cine me pasa como con el vino que sólo hablo de aquellos que bebo. No soy ningún experto en cine, mis opiniones son primarias, casi me limito al "me gusta" "está bien hecha", pero eso sí, he visto muchas, muchísimas, y disfruto como un enano. Besos.
ResponderEliminarTengo una caja llena de papeles de esos de las películas. Pero, ay, en mis tiempos , en mi pueblo, no había sesión doble...había sesión infantil ,a las 4, para pequeños y luego las sesiones de mayores. Pero ni los mayores podían ver todas, que tenían, aparte de la censura del régimen, la de la iglesia:
ResponderEliminarSe podían ver las calificadas con 1, 2, y 3(mayores); las 3R eran para mayores con reparos y las que tenían un 4, infierno, anatema, excomunión...no sé para qué las traían, aunque creo que las veían el cura y sus amigos...No se puede ser mayor: se recuerdan unas cosas...
María Jesús, me alegra que vengas por aquí. Llegué a pensar que el jugo de mirra no te había hecho mucha gracia y que no volvería a verte por el club. Mejor así, mucho mejor.
ResponderEliminarMayores con reparos, se me había olvidado. Qué época más siniestra, España en blanco y negro. Cuántos besos cortados, cuántas historias prohibidas... Nunca más. Saludos.
Cine Rivas. Parque de los Patricios. Buenos Aires. Argentina. Jorge -mi amigo que ya no lo es- y yo, además de jugar al fútbol casi todos los días de la semana, íbamos al cine una o dos veces por semana. Sesiones dobles allá también. El cine -también las películas- tienen mucho que ver con la nostalgia, ¿no? También muchas otras cosas, pero creo que en el caso del cine -y de las pelis- la conexión es directísima. Un saludo, Thornton. Y felices vacaciones.
ResponderEliminar(cada vez que entro a tu club las paredes han cambiado de color. Me gusta.)
Jugabas al fútbol en Buenos Aires. Un hijo mío cuando acabó su carrera me regaló las obras completas de Borges. La dedicatoria decía: "Al Maradona de los padres". Felices fiestas.
ResponderEliminarHasta los veintisiete, todo lo que hice lo hice en Buenos Aires.
ResponderEliminarQué regalo y qué dedicatoria.
Felices fiestas otra vez.
Buenas noches Thornton, me alegra mucho de haber acertado con mi recomendación.
ResponderEliminarAdemás de todo lo que señalas, música, fotografía, etc...me impresionó el personaje central, el barbero.
Me fijé mucho en él porque al estar basado en el personaje de El Extranjero de Camús, quise ver la similitud. Como tampoco soy una entendida en el tema del cine (bueno a decir verdad no soy entendida en nada) pues eso, que me estuve fijando y es que realmente borda el papel.
Puede ser más, puede llegar a más, pero no hace nada...
madison, ahora te recomiendo yo una: Perdición, de Billy Wilder, y si ya la has visto, la ves otra vez. Buenas noches.
ResponderEliminarThornton, no di con ella, pero ya está encargada. Tiene que traermela quizá mañana.
ResponderEliminarEstoy impaciente!! porque el caso es que recuerdo vagamente haberla visto en la tele, pero hace muchos años.
Seguiré informando, jejeje
Madison,ojalá y sea tu primera vez.Como verás,los diálogos los escribieron los escritores James M. Cain y Raymond Chandler. Vaya lujo. Un saludo.
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