sábado, 25 de septiembre de 2010
OTOÑO
Es el otoño, mi dulce otoño.
V. ALEIXANDRE
Como muchos de vosotros, tengo una carpeta donde guardo aquellos recortes de prensa que me llaman la atención de una manera especial. Hace ya muchos años cayó en mis manos esta maravilla de dibujo y lo metí en la buchaca. Su autor es Ajubel.
Como veis, nos habla del otoño y la caída de la hoja. El otoño, ya sabéis, está muy prestigiado entre los poetas -casi tanto como la primavera- y es difícil abrir uno de sus libros y no encontrarte con él enredando entre sus versos: En medio del verano, así el otoño vuelve hacia la tierra,/ Y el genio de la lluvia va otra vez por el cielo (L. Cernuda).
Y convendréis conmigo que pocos poemas nos describen el otoño con tanta belleza como lo hace este beso vegetal. Desde que lo vi, todos los otoños lo rescato de su carpeta. No pasará de este año que lo enmarque y lo cuelgue en mi galería de importantes.
Para ella, para la hoja, es un adiós definitivo. El tallo esperará a la primavera para enamorarse de nuevo.
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Casualidad amigo,hoy también yo he hablado del otoño...aunque aquí todavía hace calorcico,es el veranillo de los membrillos o de San Miguel.
ResponderEliminarVolveré
Besicos.
"Para ella,para la hoja es un adiós definitivo.
ResponderEliminarEl tallo esperará a la primavera para enamorarse de nuevo"...Esto es precioso y las foticos de esos dibujos,no te digo más.
Harás bien en enmarcarlos...
Besicos
P.D.
¿Qué es eso de Doña Clares?...¿Vuelve? Sólo quedan 6 días, estaremos preparados...
Cabopá, ya veo que te han arreglado las ondas hertzianas. Estamos en sus manos.
ResponderEliminarMe he puesto poeta y te has dado cuenta, serías una profesora estupenda.
Besicos.
P.S. Después de cinco meses fuera de las ondas hertzianas vuelve "Asuntos Propios".
No le he pedido permiso a Clares para anunciarlo, espero que no se enfade.
El dibujo es delicioso, un poemilla gráfico, aunque algo melancólico por aquello de la despedida.
ResponderEliminarEl otoño es estación poética, como dices. Pero cada estación tiene su encanto, si no que se lo pregunten a Vivaldi o a Valle-Inclán, cada uno en su cuerda.
Saludos en esta entrada de otoño, rumoroso de viento, aleve raptor de hojas.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl dibujo me ha encantado y tienes razón es más expresivo que muchos poemas.
ResponderEliminar"Para ella,para la hoja, es un adiós definitivo.
El tallo esperará a la primavera para enamorarse de nuevo".
¿También eres poeta?
Besos, besos y más besos.
Bonito.
ResponderEliminarsaludos.
Precioso.
ResponderEliminarPara aquellos que estamos en "lo mejor de lo peor"...
Es un dibujo delicioso. No me extraña que te tenga enamorado, querido Presi.
ResponderEliminarComo Cabopá y como Lola, me has dejado encantada con esa prosa lírica que demuestra la buena mano que tienes.
¿Y que decir de los versos del gran Cernuda? Sin duda, uno de los grandes, un imprescindible siempre.
Bueno, bueno, que vuelve Clares, qué ilusión me hace. Gracias por avisar y te aseguro que, también, contaré contigo los días que faltan.
Besicos siempre, gran hombre.
Ayer, por casualidad, escuchamos una canción de otoño de Leo Ferré con ecos de un poema de Verlaine. Y este domingo, al leer tu tierna -como esas viñetas- y melancólica evocación, me acordé de aquel poema de Juan Ramón Jiménez: "Otoño, triste príncipe... con hojas amarillas en las manos..."
ResponderEliminarUn abrazo.
Es Otoño, aquí no muy lejos, hay un camino. Corre maravilloso por medio de un bosque de castaños, hayas y robles. Yo aveces sigo su silueta y contemplo su horizonte muy verde y su cielo del norte. Me dejo llevar con el caminar pausado de mis píes, me dejo llevar por sus cinco sentidos...... Lo miro, lo veo, lo observo, y se llena de vida mi corazón. Lo escucho, lo oigo, lo entiendo, y sus palabras de rumor me cuentan un cuento que se queda para siempre en mi memoria. Lo toco, lo cojo, lo siento, y las yemas de mis dedos me transmiten la tranquilidad que necesito. Lo saboreo, lo como, lo devoro, y sus frutos se multiplican en mi boca cocinando placer. Lo huelo, lo inspiro, lo absorbo, y me lo quedo en cada ramita fresca que desmenuzo ante mi nariz. El camino empieza hoy, a llenarse de hojas, hojitas, hojazas, ocres, rojizas, amarillentas......
ResponderEliminarUn saludo a todos.
ResponderEliminarRosa, el otoño es mi estación preferida...y la primavera. El invierno tampoco está mal y el verano es mi debilidad. Mira, que tienes razón. Todas tienen su aquél.
ResponderEliminarUn saludo.
Lola, a Jorge Guillén cuando le llamaban poeta decía: "Poeta yo, como Virgilio?
ResponderEliminarUn beso.
Pedrohuelva, me alegro que te guste.
ResponderEliminarUn saludo.
MªJesús, además, para los que como tú y yo vivimos muy cerca de la naturaleza y plantamos, abonamos,regamos, fumigamos, podamos...asociamos el otoño fundamentalmente con la caída de la hoja. ¿Verdad?
ResponderEliminarUn beso
Isabel, voy a retomar aquello del "escritor de éxito". No es tan dificil, se cogen varias palabras y se ordenan: un artículo, un sustantivo, un verbo y un predicado. ¡Fácil!
ResponderEliminarVuelve el licenciado libruno, el que escribió un libro para muchos y no lo leyó ninguno.
Un beso.
P.S. Clares ha dicho en su blog que vuelve el uno de octubre. Ahí estaremos.
Daniel, no conozco el poema de J.R.J. -el más grande- pero se me hace la boca agua por leerlo, ¡"...triste príncipe"!
ResponderEliminarQuiero corresponderte con otra perla.
Estoy preparando una entrada sobre John Donne, mira lo que dice en su 9ª Elegía:
"Ni la belleza de la primavera, ni la del verano tienen la gracia / que yo he visto en un rostro otoñal."
Un abrazo, maestro.
Mamen, gracias por este texto. Me ha recordado el paisaje de la selva de Irati.
ResponderEliminarSi quiero disfrutar de paisajes ocres y rojizos no tengo más remedio que viajar al norte, aquí pasamos del verde al suelo.
Tú has conseguido que los "vea" sin moverme.
Besos.
Pues para mí, Presi, ese beso tiene algo de "me voy a trabajar, hasta la noche, cariño, cuida bien de la casa..."
ResponderEliminarIs@Hz, esa hojica ya no volverá, pero me agrada que hagas esa lectura. Se nota que aún tienes "larga la esperanza y breve la memoria"...y que estás enamorada.
ResponderEliminarBesicos, Ángel de la Guarda.
También para mí el otoño es la estación que más disfruto, me gusta el tiempo de espera, tiene mucha magia; es como si de nuevo todo volviera a ser posible. Las ilustraciones que nos has traído hermosas en su sencillez.
ResponderEliminarUn abrazo.
El otoño me pone un poco triste. Yo también tuve en estas fechas una despedida parecida.
ResponderEliminarTus entradas son muy bellas, las diseñas muy bien. Tienes un gusto especial y algo más.
Salu2
Coincido en que la ilustración que encontraste es una maravilla por poética y tus palabras también suenan muy bien. A mi me gusta el color del otoño y el olor de las castañas al fuego. No se porque, pero las imágenes que recuerdo de crio en mi escuela y siendo feliz eran en otoño. Eran como el inicio de todo, un volver a comenzar como en la rama de tu dibujo y a la vez un momento para recordar. Me extraña que el color de tu blog otoñal no haya sido otro. Un abrazo.
ResponderEliminarDe las cuatro estaciones, mi voto va para el otoño.
ResponderEliminarY de las cuatro palabras que nombran las estaciones, mi voto va para otoño.
Un abrazo, Thornton.
Mercedes, empieza de nuevo nuestra rutina. El cine, las cafeterías, las visitas a las librerías. La ciudad nos atrapa otra vez.
ResponderEliminarUn abrazo.
Parker, espero que te repusieras de esa despedida y gracias por ser tan amable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carlos, tienes razón con el color. Le he dado varias vueltas y no acertaba. Al final he optado por este verde que no desentona con los colores del dibujo. Admito sugerencias, es más, elígelo tú y pídele a nuestro Ángel que lo ponga.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carlos, ¿mejor así, o lo he empeorado?
ResponderEliminarUn abrazo, profe.
El otoño es la estación de mis entretelas. La lluvia, el olor a tierra mojada, los dorados y rojizos de la Naturaleza, esa luz distinta que adquiere el aire... El beso vegetal que nos traes es una hermosa representación de todo eso. Saludos,
ResponderEliminarGran entrada, empezando por la ilustración, por supuesto. Deliciosa. ¡Qué hermosas pueden llegar a ser las despedidas! Hace que los árboles de hoja perenne se pongan celosos de los caducifolios. "Anda cariño, ¿por qué no te vas a dar una vueltecita?" he oído que decía el olivo esta mañana mirando hacia una de las extremidades de sus ramas.
ResponderEliminarSigues mejorando.
Un abrazo.
Desde hace algunos años, salimos con unos amigos a mirar el otoño. El propio viaje ha pasado a formar parte del fenómeno Otoño. Lo más difícil, eliminar la parte subjetiva, aquello que suministra el pensamiento, lo que pertenece al pasado.
ResponderEliminarEl que busca, ya ha encontrado. Y así no hay modo.
Evidentemente me refería al tono marrón cálido. Llámame clásico, pero ese es el color del otoño para mí. Pero no me hagas mucho caso. Un abrazo maestro.
ResponderEliminarSi para mi el verano es el infierno… el otoño es la… …por supuesto, la gloria.
ResponderEliminarThornton, muchas gracias.
Jesús de los bosques
Lo mejor es que la hoja parece feliz de irse. ¡Así fueran de alegres todas las despedidas!
ResponderEliminarUn beso de hoja.
Otro a tu amigo Mariano.
Abrazos a los dos
Amigo Thornton:
ResponderEliminarMe ha encantado el romántico dibujo y sorprendido lo de "buchaca".
Los catalanes antiguamente teníamos fama de tacaños y ahora de pretender catalanizar todo. He tenido que recurrir al RAE para convencerme:
buchaca.
(de burjaca)
1. f. Bolsa, bolsillo.
...
Un saludo,
Sebastián Damunt
Arobos, mi otoño es de otro color, aquí apenas conocemos los amarillos -Melias, chopos-, los ocres y los rojizos no se ven por ninguna parte. Pero también es mi estación fetiche.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jose, siempre mejoras mis entradas, no se me había ocurrido ese punto de vista.
ResponderEliminarPor tu "culpa" estoy escuchando a estas horas el segundo acto de "Tristan...". He oído unos golpes y dudo si es el Rey Marke o son los vecinos.
Un abrazo.
Mobesse, eres un poeta.
ResponderEliminarAquí si queremos disfrutar de ocres y rojizos tenemos que viajar. Yo me escapo hacia La Puebla de Don Fadrique, ahí al menos disfruto de las choperas amarillas.
El año pasado -ventajas de jubilados- fuimos cuatro hermanos a la selva de Irati. Aún no he cerrado la boca.
Un abrazo.
Carlos, fue el primer tono que quise darle, pero no lo consigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jesús, durante muchos años creí ser el mismísimo Robin de los bosques. Espero que no te moleste el título, de lo contrario lo retiro al momento.
ResponderEliminarHoy he estado por el monte después de la lluvia. Aún me parece estar oliendo a tierra mojada.
Un abrazo.
Virgi, me di cuenta al instante, la cara de felicidad de la chica. Nunca he sabido despedirme con buena cara. Las estaciones de tren sólo las piso para recibir a los que quiero.
ResponderEliminarUn beso.
Sebastián, "buchaca" es una palabra muy usada en mi casa desde bien niños. Todos los hermanos la empleamos. Me gusta escribir como hablo.
ResponderEliminarA veces nos reunimos unos cuantos hermanos -somos 11- y recordamos palabras que formaron parte de nuestro vocabulario juvenil y que ya no usamos.Una manera como otra cualquiera de pasar el rato.
Un abrazo.
Presi, no me trabajes tanto con la pintura de las paredes del club o terminarás baldado. Casi que me gustaba más el verde inicial del principio (no el segundo). En fin, no me hagas caso que acabaremos volviéndote loco.
ResponderEliminarBueno pasaba rápida a pegarte un chivatazo: "Asuntos propios" ha cambiado de nombre y de diseño. Ahora se llama, con murcianía castiza, "Jardín de Floridablanca" y luce de malva y blanco. La madrina del club está poniéndolo guapo, vamos. (Mira que parezco una cotilla y no lo soy; se trata de pura impaciencia y expectación).
Besos mil.
Isabel, este verde. Ya está, ya no lo cambio más.
ResponderEliminarAcabo de ver el blog de la madrina, efectivamente está de obras. Estoy por prestarle mis pintores, experiencia tienen.
Me gusta verte de nuevo por las mañanas, sentadica aquí en tu mesa, tomando tu cafetico y saludando.
Un beso.
Este poema yo lo guardo en la tartera. Lo bueno a la tartera, decía mi abuelo.
ResponderEliminarSerrano, ya va cogiendo el club ambiente por las mañanas. Ya era hora que aparecieras.
ResponderEliminarEn el Club de Tenis había un grupo de jubilados que jugaban muy temprano, les llamábamos “los mañaneros”. Pues aquí, igual. Isabel, Farallón, Mercedes, Mariano, Serrano… sois los mañaneros, aunque para desgracia vuestra aún no estéis jubilados.
Ojo que paso lista.
Qué delicado... Bellos los versos de Aleixandre y de Cernuda. Qué decir de los dibujos. Y del verde con que has pintado tu casa, para desdecir los ocres del otoño con una secreta esperanza.
ResponderEliminarPara mí el otoño es el cromatismo de colores y la caída de la hoja. Recuerdo una sinfonía de colores, verdes, ocres, rojizos y amarillos en Praga, bajando a pié por una vaguada desde la zona de la biblioteca Stare Mesto, hasta el barrio de Malastrana; nunca había visto nada igual.
ResponderEliminarEn mi tierra, las riberas de los ríos (Alfambra, Guadalaviar, Guadalope...) están llenas de chopos y a partir de ahora es un despiegue de amarillos que me encanta contemplar, aunque desgraciadamente voy muy poco. Otro espectáculo soberbio, en el campo de golf "La Herrería", junto a El Escorial, son los enormes robles con unas hojas ocres, rojas etc, que van cayendo y formando una alfombra (donde se pierden todas las bolas) espectacular. Desde cualquier punto hay unas vistas del monasterio, como no las he visto nunca, pues está al lado, pero gozas de la perspectiva que no tienes al visitarlo, ya que "se te echa encima".
En el aspecto emocional lo asocio a una cierta melancolía que llevo bién.
Thornton, no empieces con "pasar lista" que constituyo con Farallón un piquete "concienciativo" y soliviantamos al personal. ¡Deja ya los hábitos educativos! ¡Si yá estás jubilado!
Virgi, eres muy amable. Gracias por el beso. Lo que le comenté a Thornton es la realidad; que escribes de maravilla y tienes una sensibilidad extraordinaria. Frecuentaré tu blog. Un beso.
Thornton, llevo los "deberes" bastante adelantados; ya los veremos. Un abrazo a todos.
Aquí, la mínima-máxima-mínima...
ResponderEliminarDespués del nivelazo de Mariano y de los anteriores,entro a saludar, mirar, leer y me despido con muchos besicos que estos nunca son mínimos...
P.D.
Me gusta eso de escribir o como se habla...¿O es al revés?
Ramon, nos está saliendo a todos la vena poética. Cosas del otoño.
ResponderEliminarUn abrazo
Mariano, prometiste llevarme a jugar al golf a La Herrería -¿O te lo pedí yo con mi boca de fraile?- y aún no lo conozco. Tú verás.
ResponderEliminarLamento mis maneras profesorales pero no lo puedo evitar. A Farallón y a ti os voy a separar de grupo. Uno al A y el otro al B. Juntos sois un peligro.
Un abrazo.
Cabopá, ya te lo he dicho, han puesto de mínima a la más grande.
ResponderEliminarYo también he trabajado. He llevado a mi nieto al colegio, ni los piquetes lo han podido impedir.
Besicos.
Thornton, muchas Felicidades por tu cumpleaños, lleguué tarde, pero todos los santos tienen octava. Al leerte veo que estás jovencísimo y eres capaz de llevar a tu nieto al colegio, pisándo fuerte y sin miedo a los piquetes.
ResponderEliminareL Otoño está enamorándose cada día más
¡Cúantas despedidas!
Tomo café y miro: ¡cómo me gusta la casa alberqueña, tan pegadica al monte!
ResponderEliminarPor este camino
ResponderEliminarya no transita nadie
sino el otoño.
Creo que el haiku clásico decía eso. Esta es la época más hermosa del año para mi modesta sensibilidad. Quizás porque nací en el otoño del otoño.
Rosario, llegas a tiempo, gracias.
ResponderEliminarJoven, lo que se dice joven... más bien estoy -como no me canso de repetir- en lo mejor de lo peor.
Un abrazo.
Isabel, aquí, junto al monte, me gustaría vivir todo el año. Pero qué voy a hacer,ya sabes, a la fuerza ahorcan.
ResponderEliminarYa he leído el poema satírico elegido, me ha gustado. En mi aula, junto a otros versos enmarcados, tenía una migaja de Quevedo: "Entre las desventuras, ninguna hay mayor/que falta de alegría". Sé que tú y yo estamos de acuerdo con don Paco.
Un beso.
Clares, qué bien, qué requetebien, qué requetequetebien. Qué gustazo verte por aquí.
ResponderEliminarNo soy nada original con el otoño, el otoño me desabrocha. Aquí, en La Alberca, me vienen mil recuerdos y me pongo algo tontorrón. Pero me agrada.
Enhorabuena por reabrir tu blog, aunque ya iba siendo hora, nenica. Te guste o no te guste, eres para muchos de nosotros una referencia.
Besos.
Estamos de acuerdo, Presi, que no nos falte la alegría, aunque ésta "algo más" se resiente de alguna que otra herida, pero no existe herida que pueda amargarme de continuo (qué aburrimiento sería si, además de existir, no las pudiéramos olvidar).
ResponderEliminarEstá rico el café mañanero en el club, cuando está tranquilito. A ver si un día de estos lo tomamos en Belluga.
Besazos.
Isabel, nuestra Sumiller y "algo más".
ResponderEliminarTe pasas a saludar por las mañanas y a tomarte tu cafetico, eres un encanto.
Aún ando entre La Manga, La Alberca y la capital. A ver si retomamos la tertulia del Belluga y te acercas por allí.
Un beso.
Vengo a la hora del café...el de después de comer...
ResponderEliminarTienes un email... "Meg Ryan"
Besicos