domingo, 27 de noviembre de 2011

ESE VIEJO ESTAFADOR

Y un indicio de otoño que hay en el aire dice / que es muy fugaz la dicha
E.S. ROSILLO


                                                     
                                                Sin el permiso de S. Rosillo, Biedma y Cernuda  

Toda su casa era una fiesta.  Vasos de vino blanco / dejados en la hierba, cerca de la piscina. En el jardín, al son de la música, familiares y amigos bailaban despreocupados entre risas y copas. En pleno jolgorio sopló un viento frío envuelto en hojas amarillas y rojas, uno de esos aires que de vez en cuando nos envía el otoño. Se detuvo entonces la música, pasaron los años y la casa quedó vacía.
 

Su casa quedó en silencio, sin risas. Su jardín era un jardín abandonado y ya no estaban los que allí fueron felices. Vio pasar, indiferente, a ese viejo estafador que es el tiempo, a ese malasombra que nunca se está quieto y que siempre hace su trabajo. Pasó sin detenerse a saludar, huyendo. Se le oyó decir mientras se alejaba: Todo lo que es hermoso tiene su instante, y pasa.







.

20 comentarios:

  1. Hoy estás melancólico amigo, pero llevas razón, este otoño nos hace tener pensamientos tristes, esas hojas de parra tan rojas son preciosas, el reloj se ha parado en tu fotografía y los días de fiesta vuelven aunque son otras personas las que nos acompañan.
    Un abrazo cariñoso desde mi Librillo.

    ResponderEliminar
  2. No sé cuál sería el equivalente al deja vu consistente en ver lo que será de nuestro entorno cuando nosotros ya no estemos. Los versos conforman un collage, porque siempre es así, nos vienen a la cabeza y completan ellos solos las piezas que le faltan al puzle de la vida. El otoñe jode, Thornton, porque uno se pone a mirar y adelgaza tanto la mirada que son posibles todas las alucinaciones. De momento, sigamos siendo audaces y sigamos apurando todos los tragos.

    ResponderEliminar
  3. El invierno llegará, ya está aquí. Pero eso no nos va a impedir vivir con audacia todas las estaciones.

    ResponderEliminar
  4. Si me permites, aunque nos alejemos de tu texto triste que no lo merece porque es muy verdad, si me permites te contaré una anécdota. A propósito de Jaime, que es uno de los poetas que aquí homenajeas.

    En Barcelona se ha puesto de modo que todo se haga en los hoteles. Los mejores restaurantes están en los hoteles. Exposiciones también, pero uno se entera menos. O pases de modelos. (O los triunfos de CIU, ayyyy) Y los hoteles han habilitado sus azoteas y las han convertido en terrazas pijas, cool y todo lo que quieras, pero que la verdad es que no me extraña que encanten a los turistas. Tienen su piscina, donde nadan las noruegas con el perfil de la Sagrada Familia al fondo y el resto de azoteas con ropa tendida. Tumbonas y camas y sofás para sentarse bajo un sofá a leer, y tomar una copa por las noches al fresco de las alturas urbanas. Sinceramente agradable (cuando vengas, compartimos una cerveza en una, prometido) (Y pago yo aunque sea catalán, jajajaja) Bueno, con un grupo de amigos fuimos a una hace un par de años, en verano, una azotea-bar de un hotel de las Ramblas. El hotel 1898.

    Como soy muy curioso (aunque no cotilla) no pude evitar pasearme por los pasillos del hotel, que es realmente muy bonito. ¿Hay alguien que haya dormido en un hotel en su propia ciudad alguna vez? A mí me gustaría hacerlo en ese hotel. En pleno paseo pensé, ¿no será esto la antigua compañía de tabacos de Filipinas reconvertida en establecimiento hotelero? Casi pude ver a Jaime al fondo, a la puerta de un despacho.

    Todos los escritores que hemos leído nos visitan cuando menos los esperamos, un poco como ocurre en tu texto. Lo era, era la antigua compañía de tabacos. Y ahora que te lo he contado pienso, ¿y para qué contarle esto? ¿Qué relación tiene con su texto? Probablemente ninguna. O probablemente sea oportuno darse cuenta de que todo lo leído nos habla siempre al oído y nos hace ver más claro. Un abrazo admirado.

    ResponderEliminar
  5. Esta prosa poética te sienta muy bien; Presi, transmite al hombre que recuerda, al hombre que se disgusta con el tiempo -ese ladrón de sonrisas-, al hombre que sonríe con nostalgia ante el recuerdo de tanta vida huída.

    Pon la música, Presi, y vayámonos a vivir donde queramos, sin coordenadas temporales que nos limiten, que la mente es libre y se pone al mundo por montera. Revivirlos en nuestro recuerdo es darles vida.

    Que sepas que me ha encantado, amigo. Es un texto precioso, te reconozco en él y te agradezco que nos muestres ese corazón sensible que tienes.

    Creo que, ahora, escucharé una habanera o un tango: me producen los mismos efectos, y es bueno pasar un ratito con quienes tanto quisimos.

    Te abrazo muy fuerte.

    ResponderEliminar
  6. Apuras el trago del poema y le sacas el jugo que el tiempo y las circunstancias nos permiten.
    Nos regalas una vía doble, un camino con dos roderas y nos haces ir de una a otra con la maestría de un sherpa.
    Llevados de tu mano saboreamos ora el viento, ora la música imaginada.
    Cuando leer nos inspira más allá de lo leído, es que algo hermoso nos han regalado. Gracias, Profe.

    ResponderEliminar
  7. Cuando tengo uno de esos momentos en los que reflexiono sobre "ese viejo estafador" (nunca con la belleza que tú lo has hecho, siguiera remotamente parecida), hay una frase que siempre me consuela: "Nada termina, todo vuelve a empezar". Ya veo que también a ti te consuela.
    Hoy lo he dicho en otro blog amigo que hablaba del tiempo, nosotros tenemos suerte, podemos hacer trampa al tiempo, tenemos imaginación.
    Feliz semana.

    ResponderEliminar
  8. Sus reflexiones, estimado Zorton, impregnadas de un dulce pesimismo poético, me recuerdan a aquellas del científico y literato persa Khayyam:
    "Dices que cada nueva mañana nos trae mil rosas;sí, pero ¡dónde están los pétalos de las rosas del ayer?"
    Salu2

    ResponderEliminar
  9. Querido amigo,
    Te dejé en la anterior entrada en el último comentario, algo que podría reproducir hoy, ahora. Imagino que lo has visto.
    Entre otros hoy citas:
    "Todo lo que es hermoso tiene su instante, y pasa."
    Ese viejo estafador del que nos hablas nos lo has presentado con palabras sabias -las tuyas- y te has acompañado muy bien, no creo que ninguno de los que nombras puedan estar nunca mejor citados. Hoy ha sido un día gris, frío; fácil para la nostalgia y la melancolía, espero que sólo sea eso,no una pérdida de alguien muy cercano y querido.
    Tus palabras son hermosas, sonoras, tu prosa, escrita con dulzura hace reflexionar junto con esas foticos tan bien escogidas sobre ese elemento de la vida que vemos pasar cada día, que a veces perdemos, que a veces no sabemos saborear, que la mayoría disfrutamos...pero, las hojas en otoño caen para volver a salir en primavera.
    Besicos muy fuertes amigo.

    ResponderEliminar
  10. Un día intenté hacer cuentas con él, con el viejo estafador. Me puse seria. Tanto me debes, le dije, me debes tanto y él, descarado, pasó de mí, siguió pasando...

    Preciosa entrada, Thorton. Un beso

    ResponderEliminar
  11. Leches,jefe, hoy has metido los zerotes, eso si, muy finamente, con el estilo que te caracteriza. Por poco cuelas al de la guadaña, que llega el ultimo. Preciosa y veraz reflexion, solo que a mi edad, esas te ponen parte del pellejo de gallina. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Tu precioso texto, desde el principio, me remitió a El Nadador, ese bellísimo cuento de Cheever. Y a la película -una de mis favoritas- protagonizada por Burt Lancaster. Tiene ese clima. Esa inquietud de principio a fin.
    Eres bueno.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Yo opino Thorton que el otoño es más que bello, bellísimo, especialmente ese que nos muestras en las imágenes de tu entrada; el climatológico. Después de la cegadora y casi grosera luz del verano los días del otoño nos predisponen a abrir nuestros espacios más íntimos en un blanco y negro repleto de matices, y en donde la compañía muestra toda su riqueza y complejidad.

    El ”otro” otoño, el de la fugacidad del tiempo y demás, sirve para escribir versos – repetidos y mediocres versos en general- o bella “literatura” como es el caso de la que hoy tu Thornton has escrito. Un cuento precioso donde recoges ese estado de ánimos, esa atmosfera propicia a crear de cada instante un momento eterno; eterno y único.
    Un abrazo otoñal, querido Thornon

    ResponderEliminar
  14. Tempus fugit, el río sin retorno, pero la belleza de este texto permanecerá, porque lo escrito escrito está.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  15. Un placer leerte, y lo que es más, entenderte y comprenderte...
    La vida está ahí...
    Un saludo

    ResponderEliminar
  16. Y gracias otra vez por el enlace que has colocado. Eres un sol.
    Bueno, lo supe hace tiempo, por eso vengo a iluminarme contigo.
    Espero que llegue el momento de compartir algo más que este mundo de blogs.
    Te abrazo, estimado Profe.

    ResponderEliminar
  17. ¡Qué bien caen las hojas en el club!

    Será fugaz, pero es dicha. Y siendo dicha, mejor el tiempo estafador que el tedio de lo perenne.
    Te sales presi.

    Como Blanco, he visto al nadador. Y además he escuchado a Brahms.

    Un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar
  18. Que bien hilvanados esos versos para mostrarnos la fugacidad de la vida. Te ha cogido la melancolía otoñal y creo que has conseguido emocionarnos a todos. En todo caso es muy pertinente la reflexión realizada que emana de una persona sabia.
    Gracias maestro.
    P.D. Ay, Cheever que bien encaja.

    ResponderEliminar
  19. Me ha encantado el texto, maestro, pero la melancolía impregnada me ha robado también las palabras.
    Te mando en su lugar una foto:

    https://picasaweb.google.com/lh/photo/b_aFblTkITmfETY_kYeo4KivngdLbU0CRyruRYSN8dE?feat=directlink

    Y un beso.

    ResponderEliminar