miércoles, 17 de abril de 2013

HORTENSIAS

AL IGUAL que hay una música que oír en fechas determinadas, (recuerden: Parsifal para Viernes Santo;  la Tetralogía en agosto;  Don Giovanni para noviembre...) las plantas también tienen su calendario, los días donde lucen como no lo vuelven a hacer el resto del año.

Aquí en mi tierra, aparte de los clásicos almendros, cerezos, rosales y naranjos, existen otras plantas más discretas que también hay que mirar. A finales de enero los ejemplares de mimosas -que no acacias- nos regalan sus racimos de flores amarillas con su aroma característico. Le siguen las silenes, esas florecillas color fucsia que inundan los bancales. Después las glicinias con sus flores color lila. A continuación los cercis, los árboles del amor, con sus flores de color rosa, esos que rodean el colegio de Jesús y María.



Estos días toca mirar arrobados a las hortensias. Allá por el norte las hortensias medran con facilidad pero por mi tierra es un milagro cultivarlas. No les gusta el sol ni el calor. Tienes que plantarlas dando a norte, regarlas a diario y mojarles las hojas con agua para engañarlas y crean que es el rocío de Santander. En mi jardín tengo nueve ejemplares que cuido con un mimo propio de un abuelo. Aquí os las presento para compartir el gustazo de mirarlas...y a la espera de las buganvilias.





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