sábado, 25 de septiembre de 2010

OTOÑO


Es el otoño, mi dulce otoño.

V. ALEIXANDRE


Como muchos de vosotros, tengo una carpeta donde guardo aquellos recortes de prensa que me llaman la atención de una manera especial. Hace ya muchos años cayó en mis manos esta maravilla de dibujo y lo metí en la buchaca. Su autor es Ajubel.



Como veis, nos habla del otoño y la caída de la hoja. El otoño, ya sabéis, está muy prestigiado entre los poetas -casi tanto como la primavera- y es difícil abrir uno de sus libros y no encontrarte con él enredando entre sus versos: En medio del verano, así el otoño vuelve hacia la tierra,/ Y el genio de la lluvia va otra vez por el cielo (L. Cernuda).

Y convendréis conmigo que pocos poemas nos describen el otoño con tanta belleza como lo hace este beso vegetal. Desde que lo vi, todos los otoños lo rescato de su carpeta. No pasará de este año que lo enmarque y lo cuelgue en mi galería de importantes.




Para ella, para la hoja, es un adiós definitivo. El tallo esperará a la primavera para enamorarse de nuevo.




miércoles, 22 de septiembre de 2010

CUMPLEAÑOS

Envejecer tiene su gracia.
G. de BIEDMA

Hoy, 22 de septiembre de 2010, cumplo 62 años.

Hace años me dio por coleccionar versos que hablaban del paso del tiempo. No hay que buscar mucho, es uno de los temas preferidos de casi todos los poetas: En mi poesía no hay más que dos temas: el paso del tiempo y yo.

De todos ellos, el que consiguió que mirara con mayor nostalgia por el retrovisor fue Leopardi. Cuando leí sus ”Cantos” me dio por añorar mi juventud de una manera enfermiza , la edad juvenil, cuando aún es larga la esperanza y es breve la memoria.


¡Fugaces días! Tal como el relámpago
Desvaneciéronse. ¿Quién ignorante
De desdicha será si ya ha vivido
Esa hermosa estación, si su edad bella,
Su juventud, ay, juventud, apagose?


El porteño ciego también aportaba su granito de arena para removerme:


Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
Hay alguno que ya nunca abriré.
Este verano cumpliré cincuenta años;
La muerte me desgasta, incesante.”

Luego comprendí, como casi todos, que el tiempo siempre hace su trabajo y que no hay que dramatizar en exceso por cumplir años, sobre todo, ya sabemos, si contemplas la alternativa.
Así que me dispongo a pasar este día de la mejor forma posible. Convidaré a mis amigos cercanos, que exclamarán como en La Bohème: ¡Viva el que gasta! Soplaré las velas, abriré los regalos –no faltará el H.James de Valdemar que me recomendó Carlos el Tusitalas- y remataré el día tomándome una Martin Miller’s.

  …Tendido, inmóvil y despreocupado, / Veo el mar, la tierra, el cielo, y me sonrío.