jueves, 2 de octubre de 2014

CULIPAVA NEGRO

TUVE UN TUTELADO en 1º de la ESO que era un animalico del Señor. Apenas sabía escribir y no le interesaba para nada cuanto le explicáramos en el instituto.
Un día me abordaron unas profesoras y me dijeron que su comportamiento había empeorado y era imposible dar una clase en su presencia. Al parecer, emitía unos ruidos ininteligibles y no había manera de callarlo.

Hablé con él y le pedí explicaciones. Me contó, entonces, que se le acababa de morir un palomo y que se acordaba mucho de él. Que los palomos eran su vida y que no hacía otra cosa sino hablar con el difunto. Los ruidos ininteligibles resultaron ser los zureos normales entre palomos enamorados.

Me aclaró que el palomo que había perdido no era un palomo cualquiera, era un "culipava negro". Yo de palomos sé lo mismo que de pavos preñados pero mi hermano Eduardo me solucionó el problema y ahí me tenéis a mí entrando a clase con una caja de zapatos agujereada y dentro un culipava negro.

Aún conservo el impecable documento que me firmó mi querido Antonio en correspondencia a tan singular regalo:

-"Le doy mi palabra de honor a Manrique de que me voy a portar bien si me da el palomo culipava negro. Firmado: Antonio Pando".