martes, 28 de febrero de 2012

CAMELANCIAS


Hay pintores que nunca han tenido un pincel sobre las manos

JUAN MANUEL BONET

                                           A mi amigo Mariano Feced, que le dice al rey que va desnudo            

Durante este tiempo que he estado desconectado he confeccionado un catálogo de pintores y pinturas.  Desde la Florencia  y la Siena de Cimabue y Giotto hasta nuestros días. El criterio que he seguido ha consistido en resumir libros y más libros de Historia del Arte, o sea, en copiar a los que saben. No se librarán ustedes de sucesivas entradas donde les hablaré del desnudo en la pintura española y de cuadros como El origen del mundo. No se librarán, no.

Cuando repasas de un tirón la historia de la pintura y pasas en escasas semanas de mirar  al matrimonio Arnolfini cogiditos de la mano a contemplar un grafiti enmarcado, te entran serias dudas del concepto actual de arte. No se trata de estar en contra de las vanguardias, tan imprescindibles para que el arte avance,  pero sí de no creerte todo lo que te cuentan. 

 Jean-Michel Basquiat


Si he de ser sincero, cuando me sitúo frente a un cuadro de Mondrian, de Pollock o de Tapies, no logro entender lo que sale de sus pinceles o de sus brochas y menos aún que se les llame pintores como a Tiziano o a Rafael. Sin duda que mis escasos conocimientos y mi basta –con b- sensibilidad artística tienen mucho que ver con mi ceguera. 

 Piet Mondrian


Tapies


Si esto me ocurre con los consagrados, qué desasosiego no me entrará cuando veo exposiciones de artistas aún por encumbrar. A los dichosos  happenings y a las perfomances no les encuentro la gracia por más que me esfuerzo. No entiendo dónde está el mérito artístico en apilar sillas en un solar o en meter unos calamares en una bolsa de plástico y ver -y oler- cómo se van descomponiendo.

Doris Salcedo
 
También me descoloca la concesión de prestigiosos  premios a este tipo de artistas del arte de provocar. El premio Velázquez, nuestro más importante premio en artes plásticas, ha pasado de Gaya y Antonio López a  manos de Muntadas, Salcedo o Barrio. Como dijo en acertadísima frase un gran artista contemporáneo: Si Velázquez pintase en el siglo XXI, no le darían el premio que lleva su nombre. 

 Artur Barrio


 En una reciente visita al Museo De Bellas Artes de Budapest, vi codearse con Velázquez, Durero y Miguel Ángel, a un pintor constructivista polaco llamado Henryk Stazewski. Me llamó la atención lo poco que tuvo que trabajar este buen hombre para pintar su cuadro y el que hubiese ante él un grupo de escolares escuchando atentamente las minuciosas explicaciones de un experto. Bueno, lo que realmente me llamó la atención fue que estuviese allí colgado.


                           Henryk Stazewski                              

 Que conste que no soy de los que se rinden fácilmente en esto de digerir obras de arte que no entran a la primera. Me gusta insistir una y otra vez. Cuando escuché por primera vez Tristan e Isolda mi rechazo fue total, no conseguía pasar del primer acto y hoy es una de mis óperas preferidas, y no les digo que atesoro más de treinta versiones en CD porque me tacharían de presumido exhibicionista.

Con ese mismo espíritu trato de roer estos cuadros y estas ocurrencias plásticas ante los que ni siento ni padezco, pero no lo consigo. Al contrario que con el Tristán, el segundo acto no termina de llegar. Creo que el maestro Gaya definió todo esto como nadie: "camelancias".



.