Cuando murió Franco, con perdón, y estrenamos la democracia (qué bien sabía esa palabra en la boca, más dulce que la miel) los jóvenes, y no tan jóvenes, andábamos un poco alterados con todo, especialmente con todo lo relacionado con el sexo.
Me estoy refiriendo a los varones, a los pasmados varones victimas de la censura. De las señoras no opino por absoluto desconocimiento.
Me estoy refiriendo a los varones, a los pasmados varones victimas de la censura. De las señoras no opino por absoluto desconocimiento.
El cine y las revistas se propusieron que recuperáramos rápidamente el tiempo perdido.
“Susana quiere perder eso”, “Atraco a sexo armado”, “Más fina que las gallinas”, “La visita del vicio”... eran las películas que nos emocionaban.
Interviú y otras revistas, nos fueron enseñando el mundo interior de nuestras actrices, que desde luego lo tenían.
Una vez apagados aquellos fuegos, ese tipo de cine dejó de atraernos. Ante escenas de sexo más o menos zafias se imponían las nuevas secuencias de sexo rodadas con talento. Sugerir era mucho más complicado que mostrar. El deseo, la pasión, se contaban en estas buenas películas de otra manera. El espectador tenía que poner de su parte, participaba con su imaginación y algunos con sus obsesiones.
Un claro ejemplo de erotismo rodado con talento lo encontramos en la película “La hija de Ryan”, dirigida por David Lean. Hay una secuencia con una alta dosis de erotismo donde no se exhiben ni unos centímetros de piel. Bastan un riachuelo, unos caballos, la vegetación, para crear un clima enormemente erótico: Una pareja tiene su primer encuentro adúltero en el bosque. Se les ve haciendo el... Vean, véanla.
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El agua. El viento. Los árboles. Los caballos. La naturaleza disfrutando de la naturaleza humana.
ResponderEliminarMuy bueno.
En la imaginación es donde reside el verdadero erotismo, en el poder de la desnudez a distancia.
ResponderEliminarErótica y gran entrada maestro.
Un fuerte abrazo
Fumador
El agua, el viento, los árboles, los caballos, y un maromo zumbándose a la chavala, porque a pesar de la intención poética, me parece que la escena es bastante explícita en ese sentido. Y me parece muy bien, ya que algo tan hermoso no hace falta esconderlo. Lo que no tiene mérito alguno es mostrarlo groseramente como hacen otros.
ResponderEliminarNo he visto esta película (trataré de solucionarlo cuanto antes) pero sí "Breve encuentro", que presenta el deseo erótico de una forma sublime, con la música de Rachmaninoff de perfecto soporte. También "Doctor Zhivago" trata el erotismo con gran sutileza, con una Julie Christie que estaba como para olvidarse del viento, el agua los árboles y los caballos.
Yo no fui muy consciente de esta transición en su momento, pero sí recuerdo que mi padre compró a modo de testimonio las primeras revistas pornográficas que se vendieron en los quioscos. Supongo que hoy se pagaría bien ese primer número de Playboy de 1977 con la portada negra y el conejito blanco en medio si no llega a pasar por mis manos unos pocos años después.
Fantástica entrada, como siempre. Con tu permiso me apoltrono en la barra a ver cómo evoluciona la tarde, que la cosa promete.
Un abrazo.
Y una telaraña atrapando las gotas de rocío. Esta escena de David Lean demuestra de forma palpable (o sea, táctil) que el cerebro humano es el órgano erótico por excelencia. O mejor, la imaginación. Estupenda entrada. Un saludo.
ResponderEliminarGran película, ganó dos Oscar, al mejor actor de reparto (John Mills), y a la mejor fotografía. La escena que has elegido es genial. Me gustan muchos los insertos que meten entre las imágenes de ellos, especialmente esas dos hebras de telaraña que se agitan suavemente mecidas por el viento. Y como no, me gusta tu post. Cada día me siento mejor y más a gusto en este club.
ResponderEliminarAbrazo
Pd. No se te olvide llamarme si vienes por Logroño.
Es una entrada preciosa lo mismo que esa película de la que hablas, la vi tres o cuatro veces.
ResponderEliminarMe ha encantado leer tu entrada.
Bicos
Uffff! Tendré que ver esta película.
ResponderEliminarRealmente un paraje hermoso... ¿pero es que nadie hecha de menos un buen colchón en ese paraíso? Porque seamos honestos, todo intento de sobrepasar la línea de fantasía erótica queda frustrada con una marimandona realidad.
ResponderEliminarPongamos ejemplos: la pareja feliz del bosque, si yo fuera el tío y viera que se le pasean hormigas por el pelo de mi anhelante dama, el erotismo acabaría en ese mismo momento. Solo de pensar en arañas, escarabajos y demás monstruos en miniatura, tratando de encontrar algún orificio en mi piel, provocan convulsiones y no precisamente de placer.
Pero cambiemos el entorno. Supongamos la feliz pareja en una playa paradisiaca, sin turistas y bajo la sombra de un cocotero. Después de los cuatro achuchones apasionados, o contenidos, da igual, acabarían rebozados en una bonita arena blanca. Vamos, que las caricias, por suaves que fueran, no dejarían de transmitir la idea de dos lijas en fricción. Imaginaos caricias más intimas, ahora sería ella la que convulsionaría, pero no de placer. Y seguro que acabaría la pobre con cistitis.
...Dónde haya un buen colchón, que se quite lo demás.
Saludos amigos.
Blanco, siempre espero tu opinión con ansiedad.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Fumador, estoy de acuerdo, el erotismo y la imaginación son buenos amigos.
ResponderEliminarTú lo dices muy bien, como siempre.
Un abrazo.
Jose, esas películas que citas también tienen escenas muy sugerentes pero te recomiendo que revises "Lolita", la de Kubrick, la escena donde James Mason ve por primera vez a Sue Lyon. Esos eternos 20 segundos donde el erotismo queda reflejado en un primer plano de su cara mirando a Lolita.
ResponderEliminarTú has tenido la suerte de no hacer el estúpido con "El destape". Fuimos unas generaciones penosas.
Creo que esta película debes verla ya, en cinco minutos. No la dejes para mañana. Seguro que a Paloma le encantará.
Un abrazo.
Un abrazo.
Daniel Domínguez, En este club de vez en cuando hablamos de cine y cuando nos visita una autoridad en la materia sabemos reconocerla.
ResponderEliminarAsisto a tu "escuela de los domingos" desde hace tiempo y ya pertenezco a tu club de fans.
Dentro de unas semanas vamos a dedicar, de nuevo, otra entrada a seguir recomendando nuestras películas favoritas. Espero que nos recomiendes por lo menos una docena.
Un abrazo.
Lo primero que quiero hacer es darle la bienvenida a este club a un gran profesor como es Daniel Domínguez. Todo un lujo para este club. Su blog, otro lujo.
ResponderEliminarThorton, no te enojes, ahora voy contigo.
La entrada, aún repitiéndome tengo que decir que “de categoría”.
La secuencia emplea todos los trucos de los clásicos. Caballos como símbolo fálico freudiano, el agua que no deja de sonar o las gotas que caen, como en “Un tranvía llamado deseo”que emplea la manguera que termina goteando en la escena siguiente a la violación de Blanche o en “La dolce vita” en la Fontana de Trevi o en la casa de la prostituta toda inundada de agua, o los rayos de sol como los cohetes que estallan para dramatizar el placer sexual.
No dejas de sorprendernos amigo Thornton. Que tengas un buen viaje a Logroño. Ya nos contarás.
Dilaida, coincidimos en varios blogs pero no nos habíamos dirigido la palabra. No sabes lo que me alegra que vengas por aquí.
ResponderEliminarLa película es magnífica, qué actores y qué fotografía y qué todo. Yo también la he visto media docena de veces y hoy la volveré a ver.
Un verdadero placer, quedo en deuda contigo.
Un saludo.
Recuerdos, ese Ufff! lo dice todo. Eres muy sugerente. No dejes de verla, me lo agradecerás.
ResponderEliminarUn abrazo.
Federico, la imaginación al poder.
ResponderEliminarNo me has dicho nada de la música de "Los pescadores de perlas". Te has quedado acojonado, eso es música y no otras.
Un abrazo.
P.D. En cuanto a lo del colchón, estamos de acuerdo. ¿De agua?
Pepe Pereza, qué bien aprecias esos planos.
ResponderEliminarObservarás que no son imágenes dependientes de Youtube, hacemos nuestro propio montaje.
No dudes que te llamaré. No te daré mucho la lata pero un par de copas tenemos que tomarnos.
Un abrazo.
Farallón, verás que también yo he valorado la visita del profesor Domínguez. Esperemos que Serrano les dé la bienvenida a él y a Dilaida como se merecen.
ResponderEliminarYa he anunciado una segunda parte sobre nuestras películas favoritas. Espero tus recomendaciones.
Un abrazo.
Otra película que trata sobre el erotismo sobre todo con el regalo que ella le hace al subir al trasbordador, en el lago, y el juego del viento y su falda, es la película de Patrice Leconte, “El perfume de Ivonne”.
ResponderEliminarO del mismo autor,” El marido de la peluquera“…
Peliculón.
¿montaje propio? ¿He entendido bien?
ResponderEliminarNo dejas de sorprenderme.
Espero con impaciencia tu llamada.
abrazo
Bueno, que se acerca la primavera y la sangre... El club se viste de rojo pasión, la entrada cálida y perfecta y la secuencia de "La hija de Ryan" incendiaria.
ResponderEliminarPor partes, que me aturullo:
Tu entrada, como todas, estupenda, pone sobre el tapete el tema y a liarla entre todos, que de eso se trata.
Con su parte de historia, me has hecho recordar aquellos tiempos pretéritos del destape, Susana Estrada, Victoria Vera, Nadiuska y demás de la pandilla enseñona.
Aquí, en Murcia, yo recuerdo especialmente el día en que fui a ver al antiguo cine "Gran Vía" la famosa "Emmanuelle". Creo que toda la tropa universitaria estaba allí, a pasar la calentura en todos los sentidos, incluido el del hacinamiento propio de la curiosidad urgente y no postergable.
Felicito efusivamente al Presidente del club por haber conseguido productora propia y servirnos las imágenes con un principio y un "The end" alusivo: "Thornton club". Estás hecho una máquina con la técnica.
Por aquí, se han citado ya películas de alto voltaje ("Doctor Zhivago", "Lolita", "La dolce vita"). Me gustaría apuntar una que me viene ahora a la memoria: "El graduado". Seguro que se me ocurrirán más.
Por último, y coincidiendo con buena parte de los socios, hemos de sentar que el sexo no está entre las piernas, sino en el mismo sitio que las ideas. Ya lo señaló mejor el incombustible Woodi Allen.
Besos para todos y me voy con José a departir un rato mientras me congatulo con la presencia de los nuevos socios, uno a quien no conozco pero con magníficas referencias y la otra, Dilaida, que es un crak absoluto.
Me encanta cómo trata Kubrick el erotismo, especialmente en "Lolita". También Hitchcock y Wilder lo tratan inteligentísimamente. Estoy convencido de que los tres eran en el fondo unos salidorros.
ResponderEliminarPuestos a dar títulos, uno de mis preferidos en lo que a erotismo se refiere es "El amante" de Jean-Jacques Annaud. Y "Último tango en París" me parece gloriosa y brutal, y "El imperio de los sentidos", y...
Qué bien se está aquí en la barra con Isabel. A ver si Daniel Domínguez lanza algunas recomendaciones. Su blog "La escuela de los domingos" es una referencia en la red para cualquier amante del cine.
Saludos a todos y que alguien enchufe el aire acondicionado, por favor.
Que peli más estupenda has puesto Thorton, yo recuerdo una escena que me gustó mucho, no es erótica pero aún así quedó grabada en mi memoria, es cuando él entra en el bar y se cae, ella le ayuda a levantarse, la musica deja de sonrar y ellos dos se miran. Es genial esa escena.
ResponderEliminarTengo entendido que David Lean ,el director al comprobar que la pelicula no obtuvo el éxito que el esperaba cuando se estrenó, cogió una depresion considerable y que estuvo muchos años sin dirigir de nuevo.
Yo recuerdo una revista que se llamaba Lib, no se si todavía existe.
Por decir algo, una película que recuerde ahora donde se palpaba el erotismo viene a mi memoria Picnic.
No vi muchas del famoso destape, afortunadamente por aquí teníamos un par de cines donde aprendí a ver cosas como "Blow up", "El ángel exterminador", "Vergüenza" o "Grupo salvaje"...que ya me engancharon para siempre al cine.
ResponderEliminarY esa de David Lean sí que fue un shock para nuestra época, por la belleza, por la delicadeza, por la historia en sí...
Ha sido una gozada venir, como siempre, montón de besos
Farallón, de acuerdo, Patrice Leconte y su "Marido de la peluquera", fantástica, muy erótica. Nunca me han cortado el pelo de esa manera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pepe Pereza, tengo mis ayudas. Guárdame el secreto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Isabel, yo vi Enmanuel y Enmanuel 2, la antivirgen. En el Gran Vía y en el Teatro circo. Por allí nos cruzamos, seguro.
ResponderEliminarEl Graduado es otra referencia, qué erotismo, qué Anne Bancroft y qué música de Simon y Garfunkel.
Que siga la fiesta. Viva la primavera.
Un beso.
Jose, las tres que citas son geniales. "El último tango en París" la vi donde había que verla, en Perpiñán, con un par.
ResponderEliminarYa le he dicho a Daniel Domínguez que en este club se le conoce y se le admira. Yo también le pido desde aquí que nos aconseje algunos títulos.
Cuidado con la temperatura, échate un trago y saluda a Isabel.
Un abrazo
Madison, recuerdo esa escena, ellos dos y el "tonto" de testigo. Qué mirada.
ResponderEliminarEs una película redonda, con unos actores fuera de lo común.
Los críticos se lucieron, no siempre aciertan. De lo que más me fío es del "boca a boca", eso no falla.
Coincidimos con Picnic, Kim Novak fue novia mía unos años. Me dejó.
Un beso.
Estimado Thornton, tu nueva entrada, siempre interesante. El corto de tu productora muy adecuado. Me disponía a participar aportando algún ejemplo. No me ha sido posible. Ha pasado el día y tu entrada me ha provocado y no me resigno a dramatizar y a riesgo de ser espeso, me gustaría filosofar con minúsculas.
ResponderEliminarSupongo que estamos de acuerdo: sin imaginación no hay erotismo. Pero ¿quién alienta la imaginación? yo contesto: lo prohibido.
Con acierto has mentado, querido Sean, la muerte del Caudillo o Generalísimo. Cierta liberación nos ha venido y en ese momento se comienza a hacer explícito, con más o menos ramplonería, lo que era propio de la imaginación.
Pero mi tesis es que el régimen franquista fue un magnífico caldo de cultivo. Creo que lo peor no es la represión política sino la religiosa que acompaña y nos acompañará. Los códigos de conducta de la religión nos lleva a la transgresión. En la libertad no hay erotismo.
No sé dónde leí que las mejores novelas eróticas tenían como personajes a muchachas del XVIII pues todas se educaban en conventos.
Yo, como don Juan, prefiero una monja.
Creo, Sean, que lo que hace erótico el corto de tu "productora" es la transgresión de la moral religiosa y la clandestinidad.
Perdón, creo que ando mucho con mis perros como única compañía. Ellos están de acuerdo totalmente conmigo.
Virgi, se te nota enganchada al cine. Grupo salvaje y Blow up son dos de mis favoritas. "Vergüenza" no la conozco.Es un placer leerte, aquí y allí.
ResponderEliminarBesos
Puede ser una apreciación muy subjetiva, pero para mí esta película raya lo sublime. Desde que la vi han sido muchas las veces que me ha venido a la cabeza. La escena que muestras no es el único ejemplo en el que no es necesario mostrar o explicar. Yo creo que toda la película nos deja entrever cosas sin necesidad de explicarlas. La escena donde el marido descubre el engaño, simplemente abre un cajón donde encuentra una caracola y arena de la playa, sobran las palabras.
ResponderEliminarPor cierto, los paisajes son memorables.
Serrano, si tus perros te dan la razón, date por satisfecho.
ResponderEliminarTe recuerdo que han llegado dos nuevos seguidores.
Un abrazo.
Y que se atrevan a no dármela.
ResponderEliminarSean, tengo el disgusto de comunicarte que la organizción interna del club ha fallado. Falto unas horas y todo se desorganiza. Pobablemente tengamos que amonestar a Farallón. Ayer se bebió de nuevo todos los quintos y tuve que llevarlo a casa. Ya todo está bajo mi control. (Le ruego,Sr Presidente, provea con urgencia unas cajitas más de lo que usted ya sabe)
Ms. Frutos, a mí también me lo parece. Es una película muy sugerente, con una bellísima fotografía, con unos personajes riquísimos en matices y unos actores de primera. Cualquier imagen te está comunicando algo, no hay nada innecesario, desde las nubes y el viento con que arranca hasta la escena final donde vuela el sombrero.
ResponderEliminar¿Recuperada del disgusto?
Un abrazo.
Lo mismo nos pasó en Argentina, ha de ser un proceso normal. Más que erotismo, acá hubo un fuerte impulso porno vulgar.
ResponderEliminarEl erotismo, como bien lo decis, invita a la imaginación a trabajar, deja espacios vacíos para la fantasía. Me encantó tu entrada, y creo que tu blog me va a encantar. Un abrazo y te voy siguiendo.
Ya me imaginaba yo,que habrías ido a la France...estaba segura.
ResponderEliminarMuy buena producción de cortos en este club.
Ya tienes otro título más: Director y Productor
Sociedad Anónima....o en compañía. Da igual.
Sabes el rojo es mi color de siempre y no me sienta nada mal...je,je...
La hija de Ryan, El Graduado y otras que hablan en el club son pelis que han dejado huella en nuestra generación...Te diré, os diré que El último tango...a mi me gustó lo justo...
Seguro que con tanto entendido, alguien sabrá de una peli que recuerdo como erótica, sin serlo. Es posible que se llamara "dos inglesas y el amor...? Yo soy única cambiando títulos,pero se llamaba algo así....
Como siempre querido profesor jubilado muy buena entrada en rojo,colorado o carmesí......
Ah,ayer pasaba yo por la Plaza de Belluga a eso del mediodía y me saludó un amigo profesor,poeta y pintor también jubilado...y me acorde del presi de este club con verdadera envidia malsana...Yo debería haber ejercido en vez de estar entre tubos,pipetas y el líquido humano del color de tu entrada,hoy.
En fin que me lío como un papel de envolver..
Besicos.
Recuperada. Leer vuestras entradas me devuelven la serenidad y el placer de poder disfrutar de las cosas hermosas.
ResponderEliminarMe alegra leer tu comentario sobre esta película, estoy totalmente de acuerdo con todo.
Thornton, aquel cine "erótico" y revistas del destape quedaron olvidadas por suerte, porque el cutrerío más infame se estaba empezando a apoderar de la vida social y cultural (es un poco exagerado pero bueno). Pero bueno, fue vuestro destape y ahí ha quedado.
ResponderEliminarLa película me parece acertadísima y me atrevo a decir que es la mejor de David Lean (que ya es mucho decir).La sugerencia en todos los géneros siempre me ha parecido fundamental y aquí, como dice miss, todo es sugerir. Por cierto, Boorman copió descaradamente esta tórrida escena de amantes con pinchos en el culo para su pretenciosa Excalibur (¡ojo! pretenciosa pero muy digno acercamiento al mito artúrico).
Bueno me voy a saludar a Jose con el que he tenido un palabreo en mi casa. Le traigo unas cervecitas belgas que he traido expresamente para él. Un abrazo grande maestro.
Claro, esto es el cine, un lenguaje no un espejo. Gran entrada convertida en observación. Y ya veo que con tanto erotismo te pusiste rojo!
ResponderEliminarDaniel y Dilaida, soy el adjunto para las bienvenidas (interino). Generalmente estoy sentado en la mesa del fondo, junto a la ventana. Para vuestra tranquilidad toda la documentación de ingreso está felizmente cumplimentada. En el club hay de todas las bebidas corrientes (aunque de gran calidad). Si tenéis algún capricho especial me lo solicitáis.
ResponderEliminarVenga, todos a la vez:
BIENVENIDOS.
Serrano, qué sería de este club sin ti.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pulgarcito, sé bienvenido y gracias por tu amabilidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Siendo muy muy jovencico, me compré un Mini y a París. Barrio bohemio, una buhardilla, parecíamos Rodolfo y Mimi,O soave fanciulla.
ResponderEliminarLa película que dices es de Truffaut, "las dos inglesas y el amor". No la he visto.
Qué casualidad, ayer yo estaba a mediodia en esa plaza, es una plaza muy acogedora, de ella me gusta hasta el Moneo.
Cuando estoy en Belluga o en el paseo de Cabopalos siempre digo que creo estar en Italia. Creo que el mejor elogio que se puede hacer es parecerse al extranjero. Soy un perete.
Besicos.
Ms.Frutos, creo que todos nosotros tenemos muchos rasgos en común. Una tarde de charleta se nos pasaría volando.
ResponderEliminarUn abrazo, profe.
Carlos, no exageras lo más mínimo. Fue una etapa grosera y cutre. Propia de un pueblo regido por ignorantes fundamentalistas.
ResponderEliminarExcalibur es una de mis grandes. Tiene una escena muy erótica: la suplantación en el lecho. Y Wagner envolviendo la sala.
He visto el palabreo con Jose y me he sumado. Los lectores "fantásticos" nos reconocemos a simple vista, como los enanos.
Un abrazo.
Ramon, lo erótico no me pone rojo. Lo rojo me pone erótico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Serrano, qué bien cumples con el cargo. Con que dignidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues yo siento poner la nota grosera a esta agradable tertulia, pero me ha hecho recordar aquellos cuerpos sin depilar de la revista Lib,esos coños peludos como la boina de Indurain, casi hasta el ombligo, y esas matas en los sobacos. Pero las chicas eran guapas y no entiendo esa obsesión por quitarse los pelos que tienen ahora. Y propongo el juego a la inversa: una escena de cine que ahora sería impensable, cuyo contenido es explícito, cuyos protagonistas son niños y que, sin embargo, a mí personalmente no me hizo pensar en sexo sino más bien en inocencia y candidez: "Mi vida como un perro" de Lasse Hastrom.Los niños están en el pajar y ella le enseña el amago de pechos a él y le pide después que le enseñe el pito. Si os parece difícil que una escena sin sexo sugiera sexo, más dificil me parece conseguir que una escena con sexo sugiera inocencia.Otro ejemplo: En "el soplo al corazón", de Louis Malle, la madre desvirga al hijo adolescente, que anda confundido, y tampoco nos sentimos turbados ni conseguimos ver una escena de sexo a pesar de que es explícita, al menos yo no vi las llamaradas de la pasión sino más bien algo parecido a una madre amamantando al hijo.
ResponderEliminarCabopá, la película que mencionas,”Las dos inglesas y el amor” como bien dice Thornton es de Truffaut y como en todo su cine nos presenta unas bellas imágenes por sí solas, ricas en detalles y en gestos. También yo la recomiendo.
ResponderEliminarPor cierto, yo también pase a mediodía por la plaza de Belluga. Que casualidad.
ResponderEliminarCarlos, de David Lean casi todo es excelente y no se cual es la mejor, Breve encuentro, Doctor Zhivago, El puente sobre el río Kwai, La Hija De Ryan, Lawrence de Arabia….y tantas mas. Me gustan tus comentarios sobre películas y no te lo había dicho. Saludos
ResponderEliminar¿Alguién más pasó ayer por la Plaza de Belluga?
ResponderEliminarje,je,.Cómo dicen ahora,deberíamos hacer una quedada...Quizás sería harto interesante.......
Farallón tengo unas foticos tuyas que voy a publicar próximamente...
Besicos rojos carmesí pá todos los del Club....
Javi, eres un artista. Tú no puedes ser grosero ni queriendo. Das un nuevo punto de vista muy interesante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo Farallón, David Lean nos dejó excelentes o buenas películas, nunca mediocres. Supongo que me inclino por esta porque ha salido aquí (homenaje al presi) y porque de su última y espectacular etapa es la que menos se conoce y reconoce.
ResponderEliminarEl gusto es mío por supuesto. Nos vemos en la barra que el maestro se ha decidido a sacar esa hueva que tenía bien escondida (el sabor de la hueva es para mí el sabor de Murcia).
Javi Guerrero me recomendó tu blog y debo reconocer que sí, que acertó cuando me dijo que su sexto sentido le decía que me gustaría. No he visto la película, pero esta escena me parece totalmente sexual pero con sutileza, la imagen del diente de león desmembrándose por la brisa que lo agita y al principio cuando él casi arranca el pañuelo del cuello de ella.
ResponderEliminarAhora tendré que verla...son los efectos colaterales. Un saludo y excelente blog.
Mamen, bienvenida y gracias por tus palabras.
ResponderEliminarEse instante del pañuelo es increiblemente erótico, sólo le quita el pañuelo y parece que la desnude completamente. La película rebosa buen gusto, no tendrás más remedio que verla.
Abrazos y felicidades por ese lujo de amigo.
Estoy tonto,quería decir P3D... Pero ya te lo esperabas, ¿no?
ResponderEliminarHola, ya aparezco por aquí.La entrada como siempre muy buena y las escenas para mí son un conjunto de erotismo, sensualidad y sensibilidad. En fín, estupendo.
ResponderEliminarRecuerdo que en la época de la transición pasamos etapas en nuestra sociedad que no deberíamos confundir: ver películas eróticas o sufrir las películas de destape.
En el 75 hice mi viaje final de carrera a Suiza
donde teníamos a nuestro alcance revistas y películas a elegir. Sin comentarios.
Thorton, estoy preparando un viajecito por tu ciudad, dónde podré tomarme una de esas tapas y cervecitas de las que siempre hablais?
Creo que ya me iré poniendo al día con tus entradas a vecesel cuerpo y la mente no la tenemos "joteras".
Un abrazo
¿Qué, tod@s en la playa? Venga, no seais así. Sin vuestros comentarios me aburro...
ResponderEliminarLo ramplón también puede ser erótico. Quedamos que el erotismo es pura imaginación: depende del sujeto que mira.
ResponderEliminarHabéis nombrado a Truffaut: me dispongo a ver "Los cuatrocientos golpes" y "El niño salvaje".
De momento.
No hay vez que entre al blog y no me vaya con "deberes".
Mamen, si el presidente te ha dado la bienvenida, nada más que añadir. Como habrás leído más arriba, soy el adjunto de las bienvenidas. Si necesitas algo, estoy sentado en la mesa de la ventana. El que bebe convulsivamente quintos es Farallón. Yo soy el guaperas musculoso.
ResponderEliminarMarta, Martaica, ya te echaba de menos. Espero que no haya sido nada grave lo que te ha tenido alejada del club. Te hice un llamamiento oficial y todo. La próxima vez te mando a la guardia civil.
ResponderEliminarBesicos.
Cabopá, me he visto en tu blog, aunque un poco lejos, pero es mi mejor cara junto a la Grosa.
ResponderEliminarSerrano, yo bebo al ritmo que tu marcas, ni una cerveza más que tú.
Los cuatrocientos golpes, Peliculón
El pequeño salvaje aunque dicen que es una de las más aclamadas de Truffaut, para mi se hizo un poco pesada. Igual tuve un mal día.Ya me contarás.
Un abrazo.
Fuencisla, el club parece que está cerrado pero sólo está entornado.
ResponderEliminarUn saludo.
Serrano, pero qué deberes más divertidos. Cine, cine, cine, cine. Más cine por favor...
ResponderEliminarAbrazos.
Farallón, mi preferida de Truffaut es Jules y Jim. ¿Coincidimos?
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Serrano,lo tendré en cuenta. Encantada de conoceros.
ResponderEliminarSean, te recuerdo: hoy es el día más grande de tu barrio.(El que no tiene pueblo por lo menos tiene barrio). Como sé que irás al "besapiés", allí te estaré protegiendo.(Lo que más siento de mi función pretora es no poder ir vestido con faldita corta y lanza).
ResponderEliminarNo olvidemos que el que más prohibe, más aguijonea nuestra imaginación y por todos es reconocido que el erotismo es imaginación.
Mamen, es mi obligación más estricta la de darte la bienvenida. Una vez dicho esto, para Farallón y para mí mismo será un placer hacerte un hueco en nuestra mesa. (En voz baja: te ofreceremos almendras marconas).
ResponderEliminarPulgarcito, como ves no es oro todo lo que reluce. Algunas veces falla la organización interna del club. Nunca por culpa del Presidente. Pero más vale tarde si la picha es buena. (Digo deliberadamente picha por dicha para homenajear la entrada).
ResponderEliminarTodos a la vez:
VIVA ARGENTINA.
Tornton, Jules y Jim es una de las grandes, pero para mí me quedaría con cuatrocientos golpes y con la noche americana. Tengo 19 películas de Truffaut. Pronto me haré un ciclo y me las veré todas.
ResponderEliminarSerrano, fíjate en la foto de Pulgarcito que si le echas imaginación…. verás un chelo y un paraguas
ResponderEliminarJaviguerrero, lo último sobre erotismo ya no es hacerse "el brasileño" sino dejarse el coño peludo y en él tintarse el escudo del equipo de futbol del acompañante o acompañanta.
ResponderEliminarEsto que digo no es una broma. Los miércoles por la mañana en la cadena ser se habla sobre erotismo. Intervienen los oyentes y lo que dicen es, muchas veces, sorprendente para mí.
Vuelven los buenos tiempos, Serrano, los de pasarse la noche escupiendo pelos, ahora con el sabor del amoniaco que se añade a los tintes...No seré yo el que los pruebe. miércoles por la mañana, cadena ser. Me lo apunto para poner en mi peluquería, y a ver como responde la clientela. Las tertulias de peluquería ya no son lo que eran.
ResponderEliminarMe encantan las almendras(debería haberlo dicho en voz baja, verdad?)
ResponderEliminarSeguro que x ahí son de excelente calidad y si encima las acompañamos de buen cine, qué por lo que veo no falta, mucho mejor.
Ánimo Javi, creo que ahora también hay tintes sin amoniaco..
Simplemente, a volar la imaginación.
ResponderEliminarGracias por compartirla.
Saludos.