In Memoriam
Cuevas del Drac, entre estalagmitas y estalactitas, con la Barcarola de Los Cuentos de Hoffmann de música de fondo. Un guardia civil en barca -con tricornio y subfusil Naranjero- con un megáfono pegado a la boca: Don José Luis Rodríguez, don José Luis Rodríguez, don José Luis Rodríguez. Se ruega a don José Luis Rodríguez, si se encuentra entre los presentes baje al embarcadero.
El verdugo y Plácido parece que fueron sus obras maestras. Sin embargo, la película de la que más orgulloso se sentía él era Tamaño natural. Yo le oí contar en televisión que no concebía nada más erótico que encontrarte en la calle a una señorita desnuda, llevártela a tu casa y vestirla lentamente. Berlanga -que era una autoridad en estos asuntos de "La sonrisa vertical"- fue describiendo, prenda a prenda, cómo lo haría. Decía que vestirlas era mucho más erótico que desnudarlas. Creo -los profesores Carlos y Daniel me corregirán- que esta idea le inspiró la película Tamaño natural, donde Michel Piccoli adquiere una muñeca hinchable para sus juegos eróticos y termina enamorándose de ella.
Esta noche, en el Cinema Thornton Club, como homenaje a este grandísimo director se proyectará su película Calabuch, mi favorita. La vi siendo un niño y la sigo viendo, ya no tan niño, con el mismo entusiasmo. Un pueblo donde se ha detenido el tiempo. Una cárcel donde las celdas tienen el cerrojo por dentro y es el carcelero quien tiene que suplicar al preso que le abra la puerta. Con un Pepe Isbert haciendo de farero sordo, designado en esta ocasión para cumplir con el rito del Imperio Austrohúngaro.
Si alguno de ustedes aún puede verla por primera vez, será el más afortunado de todos.
Mira que Patrimonio Nacional no ha tenido unas críticas estupendas precisamente, pero a mí me pareció tan encantadora, tan divertida, tan irreverente, que pienso que no desmerece el resto de su obra. Cito esta porque es la última que he visto, creo que cuando murió José Luis López Vázquez, por la tele. Luego El Verdugo, Plácido, Bienvenido son extraordinarias. Cuando entra en el color ya no tanto, pero incluso ahí es posible encontrar alguna joya inesperada como el Patrimonio que te decía, o La escopeta, que tiene ese punto irónico berlanguiano maravilloso. Y grande también el grandioso Rafael Azcona, autor que merecería ser estudiado en todas las facultades de letras. Azcona ha sido, en la sombra, el gran genio del cine español.
ResponderEliminarTienes razón, bastaría esa escena de las cuevas del Drac para hacerse una idea del genio de Berlanga -y de Azcona-, bastaría esa escena para mostrar que el humor surge de la situación y no de los diálogos -¿puede haber frase más irrelevante que ésa?- y que los diálogos -por irrelevantes que sean- cobran resonancia en la situación.
ResponderEliminarHoy me uniré al tributo del Cinema Thornton Club al maestro Berlanga con "Calabuch".
Un abrazo.
Siempre, queridos amigos, me ha parecido el maestro Berlanga eso, un maestro. El tono y sentido de sus obras conectaba (o mejor, conecta) con mi mundo. Borda la concepción mediterránea del mundo, de mi mundo, que llega al esperpento en "Amanece que no es poco".
ResponderEliminarSuelo dar mis opiniones con timidez, con inseguridad. Generalmente necesito apoyo.
Lo de arriba, lo de maestro ha encontrado asidero en las opiniones que sobre el cineasta ha escupido Pio Moa.
Ramon, estoy de acuerdo, su cine coloreado ya no es lo mismo. Él se empeñaba en decir lo contrario pero no, su cine en blanco y negro, ese, sí es genial.
ResponderEliminarY también de acuerdo en tu afirmación sobre Azcona, ¡grande Azcona!
Un abrazo.
P.S. Te leo siempre,siempre.
Daniel, en diez minutos marcho a ver a Alfonso, mi librero, con la buchaca cargada con tus recomendaciones. No paro. ¡Más madera!
ResponderEliminarEl silenciar a Azcona me ha costado lo mío, soy un ultrasur del guionista pero es difícil leer alguna reseña de Berlanga donde no aparezca su amigo Rafael. Y yo, ingenuo vanidoso, he pretendido ser eso que tanto odio cada vez que lo leo argumentado como mérito, "original". Vaya palabrica.
Un abrazo.
Serrano, ¿Pío Moa? Buagggggggggggg
ResponderEliminarSe nos ha ido uno de los grandes.
ResponderEliminarBien sabes que no soy especialmente entendida en cine, pero siempre disfruté con sus películas. Me gustaba su visión del mundo.
"El verdugo" es una joyita, con un Pepe Isbert en estado de gracia. Y también recuerdo muy gratamente "Tamaño natural". Me parece tan tierna.
Un beso cinematográfico, Presi.
Personalísimo homenaje, Thornton. Nada que ver con los que he leído hasta ahora, están todos cortados por el mismo patrón.
ResponderEliminarVeré también "Calabuch".
Salu2
Has dedicado unas palabras preciosas a Brlanga, se las merece, yo no las he visto todas, pero me voy a poner las pilas y conocerlas mejor.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte desde mi librillo.
Thornton, ¡Que barbaridad!
ResponderEliminarEste fin de semana veré Calabuch (las películas están en la playa) y el Verdugo, que como leí en una ocasión “la flaqueza de las piernas del verdugo se convierten en uno de los mejores alegatos contra la pena de muerte jamás vistos en una pantalla de cine” y en 1963 en plena dictadura franquista.
Isabel, dicen de Pepe Isbert los empleados de la funeraria que están retirando el cadáver del ajusticiado: "Mata como nadie". Enorme Pepe Isbert.
ResponderEliminarBesos.
Parker, siempre tan amable, gracias. Que aproveche Calabuch.
ResponderEliminarSaludos.
Rosario, no te arrepentirás. El verdugo, Plácido, Calabuch, Tamaño natural...
ResponderEliminarBesos.
Plácido y El verdugo, son la joyas de nuestro cine en blanco y negro. En aquellos tiempos, nunca nadie iba a pensar en el alegato que significaría tales obras del cine. Fiel reflejo una, de la sociedad clasista y conservadora,puritana,beata....La otra un descarnado guión de las miserias par subsistir, o era verdugo o no comían,incluida la recomendación para el puesto.
ResponderEliminar"Bienvenido Ms.Marshall" buena muy buena,a nadie de nuestra edad se le podrá olvidar...Yo tomé en mi escuela unitaria,leche en polvo de los americanos y queso holandes para merendar.
En fin amigo has hecho un buen epitafio,como no podía ser de otra manera, siendo un amante del buen cine...Seguro que Berlanga te ha hecho un guiño desde donde se encuentre,aunque hubiera perdido la memoria, los que por aquí venimos todavía no la hemos perdido del todo.
Besicos y abrazos chillaos.
Farallón, ver cómo se cruzan en el patio de la cárcel el pobre que van a ajusticiar, andando alegremente, y el verdugo, al que le flaquean las piernas, sujetado por dos guardias, es sublime.
ResponderEliminarMuy buena la observación del alegato contra la pena de muerte que nos traes.
Un abrazo.
Cabopá, hoy, en la tertulia del Belluga, hemos estado todo el tiempo hablando de cine, repasando las escenas más logradas de el verdugo, Calabuch, Bienvenido..., La escopeta... Ha sido nuestro homenaje particular.
ResponderEliminarHa salido a relucir una película de Sáenz de Heredia, "Historias de la radio", ¿te acuerdas de ella?
Besicos
Era uno de los grandes.
ResponderEliminarLa escena que apuntas es memorable. Toda la película lo es así como otras tantas de su incomparable filmografía, pero yo me quedo con la secuencia del patio antes de la ejecución del condenado (...y del verdugo). Berlanga imaginó esta escena y decidió entonces construir una película.
Inmejorable y merecidísimo homenaje.
Costará encontrarle suplente a este octogenario.
Un abrazo.
Qué bien has contado la escena de El verdugo, los detalles de la Barcarola, el subfusil ¿naranjero?, las estalactitas, me ha parecido estar viéndola.
ResponderEliminarNo conocía lo del erotismo de vestirnos frente a desnudarnos, qué raritos sois los hombres.
Besos y más besos.
Sería extraño que en este club no se hablara de Berlanga, que ninguno le hubiesos dedicado una palabras respetuosas y de admiración, cuando todos aquí respiramos vida y humor, cuando todos somos el reflejo de realiades y el deseo de compartirlas. Me gusta especialmente "El verdugo" quizá porque encarna la simpleza del hombre de una manera enorme. Me duele Berlanga. El hecho de que su enfermedad le obligara a olvidar cuando tenía tanto que decir, me parece injusto y por ser justos nosotros no lo haremos.
ResponderEliminarEnorme Berlanga. Gracias por traerlo a tu manera.
ResponderEliminarEs que sólo por las escenas y diálogos de El verdugo, este señor está en mi olimpo cinematográfico (y creo que en el de casi todos). A mi me viene a la memoria aquella escena en que Pepe Isbert le dice a su yerno, con un simple vistazo, el número de cuello de camisa.Un abrazo.
P.D.: Maestro, yo a tí no te corrijo. Sólo puedo suscribir todo lo que afirmas.
Presi, vengo a por una cervecica (que es la hora del aperitivo) y, además, a comentarte llena de emoción que nuestros queridos guapos, nuestro matrimonio estrella (Jose-Paloma) son de verdad de cine y se lo tenían bien calladito. Ya verás, ya, la foto de cine... Se te van a poner los dientes largos, eso sí.
ResponderEliminarDiré que no sabía que Berlanga había vivido y lo peor no es eso, lo peor es que no sabía que hacía cine bueno. Pensé que sería un director de películas tipo Ozores, así que cuando vi que tanta gente se arremolinaba en derredor de la caja mortuoria pensé que estaban buscando alguna teta alemana o algún biquini estraviado. Cáspita, cuando descubrí que se preguntaban por el presidente del imperio austrohúngaro, dejé de ver la pantalla de televisión, cambié de canal y espeté: cuanta falta de cultura hay en este pahis.
ResponderEliminarSalud.
Perich
Jose, esa pareja Berlanga-Azcona va a ser irrepetible, cuánto talento. Nos conformaremos con ver sus películas una y otra vez.
ResponderEliminarEsa escena del patio es genial, no sabía que era el origen de la película.
Un abrazo.
Lola, esos subfusiles se llamaban Naranjeros, eso os pasa a las chicas por no hacer la mili.
ResponderEliminarBesos.
Mamen, bien dicho. Nosotros, recordándole, le salvaremos de su "segunda muerte".
ResponderEliminarBesos.
Vi "El verdugo" de jovencilla, a instancias de mi hermana mayor, muy inquieta y abierta a todo. Me impresionó sobremanera. Más tarde, Piccoli (que me chiflaba), volvió encantarme con su muñeca .
ResponderEliminarUn tipo genial. Su memoria pasará a nosotros.
Besos
Carlos, siempre sabes ser amable, me ha gustado lo de "a tu manera".
ResponderEliminarEsa escena del cuello es genial, le echa un vistazo y dice "la 41".
Un abrazo, profe.
Isabel, me has dejado intrigado con lo de Jose y Paloma. Me he marchado rápidamente al blog de Jose y lo he visto, qué perro, qué suerte la suya. Será suertudo.
ResponderEliminarUn beso.
Culturajos, pues ya lo conoces, ponte a la faena que tienes una laguna que hay que rellenar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Virgi, yo también soy un ultrasur de Piccoli. Su interpretación en "Belle de jour" me pareció enorme.
ResponderEliminarBesos.
Jose Lorente, reproduzco aquí mi comentario escrito en tu blog.
ResponderEliminar"Al día siguiente de haceros esa fotografía, Berlanga la enseñaría presumiendo de su amistad con Paloma. Yo lo haría".
Un abrazo.
P.S. Se me olvidaba:
ResponderEliminarJose Lorente, qué emvidiaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Hace tiempo que no te llamo,mi querido profesor jubilado, hoy lo hago para darte las gracias por tu comentario,(exagerado) vaya comparación, me siento abrumada...je,je.
ResponderEliminarBesicos.
P.D.
He visto por ahí que la tertulia es los lunes,pues no era los jueves, este, pasaré por Belluga. ¿Hace un café?
Hablamos.
Cabopá, ya sabes que soy un sincero, remarco lo de sincero, admirador tuyo. Me gusta como escribes, como fotografías y como eres. Así que de exagerado, nada de nada.
ResponderEliminarEl jueves café, ya era hora.
Besicos.
Presi te falta una a y te sobra una m en lo de envidia. Vampiro.
ResponderEliminarFdo. el picajoso
Sobre Amanecer ¿buscas ese exactamente?
ResponderEliminarMe alegro mucho de que os haya gustado la fotografía y que el presi haya querido traerla al club. Yo le tengo mucho cariño y me ha parecido un momento inmejorable para compartirla en el recuerdo del gran maestro.
ResponderEliminarY llegados a este punto haré mención de algunos matices de ese instante que seguramente no habrán pasado desapercibidos al observador atento y perspicaz: fijaos cómo el picarón de Berlanga se arrima a Paloma pasándole el brazo izquierdo por detrás y agarrándola del hombro con fuerza (hasta aquí muy evidente, pero lo que sigue ya no tanto); el brazo derecho, que no se ve, lo está metiendo por debajo de mi pelliza para invitarme a desaparecer del cuadro con sutiles golpecitos de sus nudillos sarmentosos en mi costillar; mi expresión facial que fácilmente podría ser interpretada como la del admirador extasiado, responde en realidad al gesto contenido del novio amenazado que trata de disimular ante la cámara lo evidente de la incómoda situación; y la cara del Sr. Berlanga no es tanto la del artista halagado como la del golfo libidinoso que se recrea en ese contacto visible y se lamenta de no tener treinta años menos.
Genio y figura hasta la sepultura.
Soy un tipo con suerte: Paloma se quedó conmigo.
Un abrazo para todos y una ronda por Luis García Berlanga.
Respecto al pie de foto, querido amigo, esa elegancia que a mí me atribuyes tan generosamente sólo en ti la reconozco discreta pero profunda.
ResponderEliminarCarlos, llevaba 18 días sin beber y me acababa de tomar un cubata, bueno, dos. La m y la n están tan juntitas que...
ResponderEliminarEse es el poster que quiero, en rojo. No otros, ese.
Un abrazo, profe.
Jose, es que no es la típica fotografía con un famoso. Ni vosotros lo miráis con cara de caza-autógrafos ni a él se le ve harto de posar. Parecéis tres amigos contentos de haberos encontrado. Magnífico recuerdo.
ResponderEliminarLo de tu título de Petronio, ya ves que no es solo opinión mía. Cierta dama se ha sumado también a la elección. Y seguro que más de un celosico está rabiando y peleándose con su espejito mágico.
Un abrazo.
Ya ves, y a mí esa etapa así como rijosa de Berlanga no me gusta nada. Creo que se le fue un poco la pinza con la libertad recién adquirida. Sin embargo, "El verdugo" es una película que siempre me ha fascinado, me ha hecho reír, me ha emocionado y me ha dejado un sabor amargo y una media sonrisa irónica. "Calabuch" también era una delicia, y esta noche creo que echan en la tele "Plácido". Si tengo un ratico la veré. ¿Has visto el precioso anuncio de Médicos sin Fronteras? Qué encanto de persona. En fin, todo el mundo se va, por desgracia.
ResponderEliminarNo soy muy cinéfilo, pero este hombre, para mí, fue (es) genial. He disfrutado con sus obras y disfrutaré cada vez que tenga ocasión de volverlas a ver. Es una de esas cumbres que en toda actividad humana se encuentran.
ResponderEliminarClares, yo creo que todo esto de su afán erótico fue una pose. En casa, con su mujer, se reirían mucho.
ResponderEliminarHe visto el vídeo de las pastillas blancas. Este asunto, el del tercer mundo, no puedo ni pensar en él, me mata.
Cuando escribí una entrada que titulé "Niños", dije que me refería a los que celebran sus cumpleaños y en Navidad son visitados por Papá Noel.
Dije también que más adelante hablaría de los otros niños, de esos que se mueren por millones y que un simple lavado de manos podría salvarles. Pero no tengo coraje, siempre lo dejo para más adelante.
Están ahí, a cuatro horas de avión del Vaticano.
Besos.
ARO, es el consuelo que nos queda. Veremos sus películas una y otra vez.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dieciocho horas.
ResponderEliminarSerrano, ¿qué dices?
ResponderEliminarCarlos, acabo de leer tu comentario en el blog de Jose, ahora entiendo lo de vampiro.
ResponderEliminarComo te digo, eres un sabueso que de tanto leer cuentos policiacos no hay truhán que se te escape.
¿Qué es eso de la alfombra roja? No me creo nada. Muéstralas.
Yo voy a ser uno de esos afortunados. Yo la tengo difusa en mi mente difusa.
ResponderEliminarThornton, gracias y un fuerte abrazo en la cercania.
He visto Calabuch y me ha entusiasmado. Qué personajes, el cura, el alcalde tan egoista, el militar, el sabio. Gracias Thornton.
ResponderEliminarSalu2
Jesús, se nos amontona el trabajo. Tendremos que dormir menos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Parker, permanece atento a la pantalla que viene una de las grandes.
ResponderEliminarUn saludo.